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La Comunidad de San Egidio critica la falta de ayudas para los 'sin techo'

On menjar, dormir i rentar-se es la primera guía para indigentes publicada en España por la Comunidad de San Egidio, con la colaboración de la Fundación Un Sol Món, de Caixa de Catalunya. Jaume Castro, de la Comunidad de San Egidio; Josep Àngel Sainz, obispo auxiliar de Barcelona, y Àngel Font, director de la Fundación Un Sol Món presentaron ayer en la iglesia de Sant Llàtzer lo que pretenden que sea una "brújula para orientarse en Barcelona".

La guía, de la que se han publicado 4.000 ejemplares, da información a los sin techo sobre los lugares públicos de la ciudad donde pueden cubrir sus necesidades mínimas, y proporciona direcciones útiles sobre dónde acudir para poner en orden sus papeles, dónde se puede obtener orientación para la inserción laboral, y dónde beneficiarse de otros servicios públicos y privados, como bibliotecas o transportes.

Los ponentes denunciaron la insuficiencia de los centros de ayuda a los sin techo en Barcelona: mientras que ya hay 2.000 personas sin hogar en la ciudad, sólo existen 346 puestos para dormir, sin contar otras plazas de colectivos asociados. Lo mismo ocurre con los escasos comedores públicos, que dan unas 1.635 comidas calientes cada día. La situación es más precaria en el ámbito de la higiene para las personas sin hogar: en toda Barcelona sólo hay ocho baños públicos, de los que dos están reservados a toxicómanos. "La aportación pública no garantiza una acogida mínima, y cuando se están cerrando estructuras que servían para que los sin techo pasaran la noche, como la estación de Sants, donde cada día dormían unas 150 personas, la situación empeora", declaró Jaume Castro. Pese a ello, los tres ponentes reconocieron la labor de voluntarios y de parroquias que "día a día están dejando la vida para ayudar a los sin techo", señaló Josep Àngel Sainz.

Uno de los proyectos que estudia la Comunidad de San Egidio, declaró Castro, es la creación de un gran centro de acogida mínima con 300 o 400 plazas, abierto a todos, a diferencia de algunos lugares que no admiten a drogodependientes o marcan un máximo de días de acogida. La guía, que esta comunidad publica en Roma desde 1990, también pretende sensibilizar a los barceloneses para que dejen de pensar que "quien está en la calle es porque no quiere trabajar". "No tener casa es una situación terrible de la que es muy difícil salir", afirmó Castro, "Porque nadie vive en la calle y pasa frío por elección."

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