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"El plan" y "otros planes"

A todos nos gusta hacer planes y que nuestros planes salgan bien, pero no es plan hacer uno solo el plan y querer que dicho plan nos guste a todos. No es correcto que, de manera unilateral, nuestro Lehendakari nos envíe a los vascos, a casa, su programa político, ahora llamado Plan Ibarretxe, de forma gratuita para el PNV, pero pagado solidariamente entre todos, y no haga lo mismo con los programas del resto de los Partidos vascos. Con el dinero gastado por Ibarretxe, presentando en Europa y en el mundo el programa jeltzale, de nuevo se confunde patria con patrimonio.

Están en marcha. Hablemos pues de su programa, ya que el dinero está gastado. Lo que el PNV llama soberanismo asociado, no es más que otro ejemplo de la calculada ambigüedad con la que actúa, adaptándose en cada momento a este mundo dinámico y mutable, en el que los momentos y los ritmos son tan importantes. Es el momento idóneo, según ellos, para ponerse en marcha: la nueva Constitución Europea está cerrando ya capítulos y no pierden de vista la discusión sobre el futuro papel de las Regiones, dentro de la Europa de los Estados. Es un primer paso hacia la secesión, hacia el ser para decidir.

No es correcto que, de manera unilateral , el 'lehendakari' nos envíe a casa su programa

Así, es clara la apuesta del nacionalismo vasco por el independentismo. Pero esta doctrina, tan legítima como otra cualquiera, no va a lograr su fin, por medio de un referéndum, a corto plazo, porque actualmente no existe una voluntad mayoritaria, debidamente acreditada, que lo apoye. Y el argumento de que si se lleva a cabo la consulta popular se acabará la violencia, igualmente es discutible.

Los perjuicios o beneficios económicos que se deriven de ella, también lo son. Es seguro que causará un trauma y dañará la convivencia, aumentando, si cabe, el clima de crispación y enfrentamiento existente hoy entre la ciudadanía vasca. Es indiscutible que con la ayuda que le está prestando el PP y los votos que siga recogiendo de la autodenominada izquierda abertzale, el PNV va a consolidar su poder en Vasconia, consiguiendo la hegemonía total, que es, al fin y al cabo, lo que persigue, plantee o no la independencia.

Esto no parece preocupar al Gobierno Central, aunque diga lo contrario. El afán partidario, con el que actúa el PP, haciendo de la cuestión vasca, el principal, cuando no, el único argumento de su campaña electoral en España, busca perjudicar y destruir al PSOE. Este ímpetu estratégicamente plagado de provocaciones y amenazas, aderezado de un talante repleto de malos modos, favorece y alimenta el discurso del PNV, quetambién amenaza y provoca, aunque de otra forma. Cada uno a su manera (Gobierno Central y Vasco), nos utilizan a los vascos como arietes, en su lucha partidaria, generando miedo y desconfianza generalizada, desacreditando las Instituciones, enfrentándose entre ellos de manera poco respetuosa y democrática, cambiando o desobedeciendo las Leyes a su antojo, quebrando la convivencia en esta tierra vasca y de paso, dañando nuestra imagen en el exterior, dando mal ejemplo a la ciudadanía.

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Las bravuconadas y los discursos testiculares de ciertos políticos dicen mucho del nerviosismo y la debilidad de los argumentos esgrimidos. La unilateralidad, el exclusivismo y la exacerbación del sentimiento patriótico, basado en el concepto patrimonialista que tienen del país, les hace peligrosos. Hasta tal punto, que no les importa romper la nación.

La deriva de unos y el bandazo de los otros, han puesto a las derechas nacionalistas, sean vascas o españolas, a rumbo de colisión y de no enmendarlo, nos aboca hacia un abordaje seguro. Entre tanto, los socialistas debemos actuar y evitar que se produzca. En la política, como en la mar, las culpas y las responsabilidades de lo que ocurra serán de todos los implicados, aunque no en la misma proporción. Los socialistas tenemos nuestra parte de responsabilidad en esta situación que no hemos creado, pero que tampoco hemos evitado. No basta con que digamos lo malos que son: la guerra, el fascismo, el capitalismo salvaje y los nacionalismos. Debemos combatirlos racional pero apasionadamente con nuestro credo, exponiendo argumentos basados en nuestros principios.

Necesitamos convencer a la ciudadanía de que el PNV ha cometido un doble error, no solamente de cálculo, en las formas y en el tiempo de presentación de su Plan, sino también de concepto. Y que el PP mantiene una actitud arrogante, irrespetuosa con el resto de partidos, descalificando y amenazando en vez de aportar propuestas que ayuden a solucionar los problemas.

Los socialistas necesitamos convencer para ganar y sabemos lo importante que es ser para convencer. Nuestro proceder es nuestro ser y es más importante que nuestra predicación. En la medida en que logremos hacer ver que la suma de las diversas identidades y culturas es beneficiosa para todos; que la pluralidad es riqueza y no un problema; que el que piensa distinto a mi no es mi enemigo; que es necesario ampliar el nosotros con argumentos, que el respeto y la educación no están reñidos con la firmeza, que aquí no sobra nadie: ni los que se sienten solo vascos, ni los que se sienten solamente españoles o los que nos sentimos vascos y españoles en los diversos grados, que solo sobran los fascistas y racistas; conseguiremos nuestro objetivo, que no es otro que el bien común.

En dos palabras, nos mueve el ser humano y sus circunstancias y condicionantes, sean cuales sean. Nadie nos puede tachar de antipatriotas, puesto que nuestra patria son las personas sin importarnos su procedencia ni su condición social.

Nos urge ganar en España al PP, para solucionar los problemas externos e internos que tenemos. Después, ganaremos en Euskadi para volver a gritar Gora Euskadi Askatuta (arriba el Paìs Vasco libre) como hizo Ramón Rubial cuando fue nombrado Lehendakari del primer Consejo General Vasco.

Joseba Markaida Bilbao es concejal del PSE-EE de Berango.

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