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Análisis:LA PRESENCIA DE LAS TROPAS ESPAÑOLAS EN IRAK
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El terrorismo como axioma

A medida que el deterioro de las situación en Irak compromete a su Gobierno, José María Aznar insiste en la lucha contra el terrorismo como motivo principal y casi único de los riesgos que ha impuesto a las tropas españolas. Sería, en principio, el más incontrovertible, por ser España, como el propio presidente se encarga de subrayar, un país muy afectado por esa amenaza. Pero ninguna fuerza política secundó ese razonamiento, que, si se planteó inicialmente como un polémico silogismo, quedó reducido ayer a la simpleza de un axioma.

"¿Cómo se llama al acto que ha costado la vida a siete españoles? ¿Acto de resistencia o acto de terrorismo? En política hay que decidir", urgió Aznar al cierre del debate, antes de dejar claro que él ya ha decidido: "La lucha contra el terrorismo no se hace sólo en territorio nacional, sino también en aquella zona del mundo".

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Ni siquiera mostró interés en defender las premisas que sustentaron esa posición al inicio del conflicto: que Irak tenía al mismo tiempo armas de destrucción masiva y vínculos con Al Qaeda, lo que potenciaba hasta límites insoportables la amenaza terrorista.

Aznar simplemente ignoró a todos los partidos cuando dijeron, con la excepción del suyo, que la invasión ha demostrado que ninguna de esas dos cosas era cierta. Se mantuvo en sus trece. "Los que realizan esos actos no son miembros de ninguna resistencia ni movimiento de liberación, sino terroristas", reiteró. Quedó para el candidato Mariano Rajoy adornar la faena con "una pizca de patriotismo" y un llamamiento a la "unidad y a la solidaridad" de todos los españoles.

La falta de todo atisbo de debate quedó, así, como la novedad de una sesión en la que el presidente del Gobierno optó por contestar a todos los grupos con una sola réplica raquítica. Y eso que ninguno de los debates anteriores destacó por su riqueza dialéctica.

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Aznar siempre ha actuado en este tema como el que dirige un tren sin marcha atrás, pero ayer ni siquiera ofreció alguna alternativa para cambiar mínimamente de vía. No en vano se ha convertido en el adalid de que la lucha antiterrorista tiene que avanzar sin necesidad de una definición del terrorismo y sin detenerse tampoco en el análisis de sus causas. Lo afirmó hace pocos meses en Nueva York, cuando propuso al Comité Antiterrorista de Naciones Unidas que se elabore una lista mundial de organizaciones terroristas, aun cuando no exista consenso sobre la definición del fenómeno. El propio embajador del Reino Unido se mostró perplejo de una propuesta que revela que entre el terrorismo axiomático de Aznar y el terrorismo como pretexto puede haber poca distancia.

Por lo demás, ayer se encastilló en el "estamos muy orgullosos de lo que hacemos" o en el "no vamos a dar la razón a los criminales del terror con una retirada".

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