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La ATM propone un carril bus para dos accesos a Barcelona

450.000 coches utilizan cada día las carreteras de entrada y salida de la capital

Las vías de entrada y salida a Barcelona están al borde del colapso. La solución a corto y medio plazo es más transporte público. Pero instalar trenes y metros exige años y altísimos costes. Cabe, sin embargo, un atajo provisional: carriles para taxis y autobuses en algunos de estos accesos. La Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) ha analizado las posibilidades en la Gran Via por el sur, desde el desvío del aeropuerto; por el norte, hasta Masnou; en la Diagonal, entre Molins y Barcelona, y en la autopista de Sabadell, desde la Meridiana hasta Barberà.

Las conclusiones recomiendan la construcción del carril en la Diagonal y en la C-58 (autopistas de Sabadell), pero desestiman la idea para las vías del litoral: la Gran Via, tanto en el norte como en el sur. El estudio señala que sería conveniente empezar por la Diagonal. Cada caso exige una solución diferente, atendiendo a flujos y tramos. En la Diagonal y la A-2, por ejemplo, se señala la conveniencia de construir dos carriles en la zona interior de las calzadas, aprovechando la amplitud de la mediana (siete metros), lo que permitiría asumir la obra con una mínima ampliación.

No ocurre lo mismo en la zona del Vallès. La mediana es mucho más estrecha (dos metros) y es necesario ampliar las calzadas si no se quiere restringir drásticamente la capacidad del tráfico. Diariamente utilizan los accesos a Barcelona 450.000 vehículos. Con incrementos que ronden el 2,5% el colapso de la Diagonal se producirá dentro de nueve años, y el de la autopista de Sabadell, dentro de cuatro.

El número de autobuses que entran diariamente en la ciudad es de 4.411 y son 4.417 los que salen. No obstante, se distribuyen de forma diferente. Por la A-2 circulan 1.789 de entrada y 1.657 de salida, mientras que la Meridiana y la C-58 sólo absorbe 657 autobuses de entrada y 750 de salida.

Dado el tipo de vía que hay en cada zona, las velocidades medias resultan cambiantes y también las demoras, consecuencia directa de la intensidad del tránsito. En general, las demoras en los trayectos de entrada a Barcelona son superiores a las de los recorridos de salida. El tramo Molins de Rei-Francesc Macià (13,95 kilómetros) alcanza en horas de congestión demoras de 19 minutos (el doble del tiempo necesario para efectuar el trayecto sin densidad de tráfico). En cambio, las demoras en la salida no superan los cinco minutos.

En el corredor de la Meridiana hasta Barberà la demora por las mañanas supone unos ocho minutos más para el trayecto. En este caso, excepcionalmente, las salidas suponen mayor retención y la demora alcanza los 12 minutos. El estudio señala que la capacidad teórica de un carril bus sin intersecciones, incorporaciones ni paradas es de 1.400 vehículos por hora, pero que en realidad esa situación ideal nunca se produce. En los accesos analizados, la capacidad se situaría, según los tramos horarios, entre los 120 y los 200 autobuses por hora. Eso sí, señala el informe, es imprescindible que luego los autobuses puedan circular también con rapidez dentro de la ciudad. Un representante municipal aseguró: "Si el Gobierno catalán pone carril bus desde Molins o Barberà, no habrá problemas para que prosiga en zona urbana".

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