Las pintadas de los Boixos Nois
Lo peor de la última manifestación de salvajismo de los Boixos Nois pintando la fachada del domicilio del presidente del Fútbol Club Barcelona con insultos y amenazas han sido las sonrojantes declaraciones de uno de sus jugadores -por cierto y para más inri, el único que se ha pronunciado-, en concreto, Xavi, quien, tan pancho, dice que es un asunto del club y que ellos, los jugadores, nada tienen que decir.
Hace ya demasiado tiempo que las directivas de los clubes han creado, amparado y subvencionado grupos que, con la excusa de animar a su equipo, no son más que un conglomerado de individuos violentos, descerebrados y fascistas que con la complicidad de los directivos y el mirar hacia otro lado del resto del público, más la tibia, cuando no complaciente, posición de los medios de comunicación, que, por ejemplo, no dudan en jalear el colorido que dan tales bandas, campan a sus anchas y sólo son puestos en la picota cuando ocurren hechos como el del seguidor del Deportivo.
Hora es ya de que todos, empezando por esos jugadores que no ven más allá de sus narices, entiendan que el ejemplo que seguir es el emprendido por la junta azulgrana y los violentos desaparezcan por siempre jamás de los estadios.