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Entrevista:A. RUIZ-HUERTAS | Abogado

"El atentado de Atocha fue un golpe al corazón de la transición"

Ginés Donaire

Alejandro Ruiz-Huertas Carbonell (Madrid, 1947), uno de los abogados laboralistas que sobrevivió al atentado del despacho de Atocha en 1977, en el que perdieron la vida cuatro letrados y un administrativo, presentó ayer en Jaén, dentro de los actos del 25º aniversario de la fundación de CC OO en esta provincia, su libro La memoria incómoda, un homenaje a sus compañeros y al papel que jugaron en la transición.

Pregunta. Usted era gran amigo de Luis Javier Benavides, el abogado jiennense fallecido en el atentado, ¿cómo lo recuerda?

Respuesta. No puedo describir a un hombre al que quería claramente. Fuimos íntimos amigos, estudiamos juntos la carrera, montamos otros despachos antes de integrarnos en el de Atocha y soñábamos con sindicatos campesinos en Jaén. Luis Javier llevaba en sí una de las claves fundamentales de la transición, que fue el encuentro entre el cristianismo revolucionario y el compromiso político del PCE.

P. ¿Qué representaron los abogados laboralistas en aquella época?

R. Eran una plataforma fundamental de trabajo para los sindicatos emergentes, que eran clandestinos todavía, para las organizaciones sindicales y políticas.

P. ¿Qué significó el atentado para la transición española?

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R. Fue un golpe al corazón de la transición. Un atentado de esas características fue absolutamente clave para el desenvolvimiento posterior de la transición. Gente muy importante de los primeros gobiernos de la monarquía llegó a decir que fue incluso un momento más importante que el 23-F, porque todavía no se habían puesto las mínimas raíces de la democracia española y era un atentado que podía haber llevado detrás muchos otros, lo que pasa es que la sociedad española decidió que había que responder con la paz, la serenidad y buscando la lucha por la libertad en otros frentes.

P. ¿Se está olvidando tanto que es preciso recordarlo ahora?

R. Sí, estoy convencido. Es fundamental el afán de recuperar la memoria histórica. Uno de los pactos de la transición fue la memoria del olvido. En muchos textos que se escriben sobre la transición el atentado de Atocha queda desdibujado.

P. ¿Valió la pena ese esfuerzo?

R. Estoy convencido de que los abogados de Atocha hubiéramos hecho lo mismo que hicimos en su momento. Hoy día tengo muchas dudas de si no hay que seguir trabajando ampliamente por la extensión de la libertad y la democracia. Hay muchas cosas por hacer.

P. ¿Qué queda del sindicalismo de los primeros años de la democracia?

R. Ha cambiado mucho, pero sigue habiendo una voluntad muy importante de luchar por los trabajadores desde todas las perspectivas.

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