_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Un país serio, un país simpático

El 11 de enero de 1936, José Antonio Primo de Rivera, presente en Ávila en un mitin preelectoral, dijo que no saludaba "porque Falange Española no es amable".

Muchos años después, el 7 de abril de 2003 -sin que ello signifique identificar en modo alguno a los dos personajes-, José María Aznar dijo que "España no solamente tiene que ser considerado un país simpático; tiene que ser un país serio".

Uno y otro -salvo que haya malinterpretado las palabras de Aznar- parece como si trataran de contraponer, o consideraran términos antitéticos, la firmeza de unas convicciones o la seriedad -que sin duda son positivas- con la amabilidad o la simpatía, que, a mi juicio, en modo alguno están reñidas con aquéllas.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

A cada cual, según su personalidad, le gusta más o menos ser, o caer, simpático o simplemente serio, pero ello no significa que además de simpático se pueda ser serio, en el sentido de riguroso y responsable, ya que para ello no es necesario estar "eternamente enojado", como los Cristos que se sacaban en procesión en los años del nacionalcatolicismo, ni siquiera parecer cabreado con todo el mundo.

Personalmente me gustan los simpáticos, los que tienen una sonrisa en los labios en cualquier circunstancia, la gente guay, que decían los jóvenes hace algunos años, y no me resultan ni superficiales ni poco de fiar. La simpatía, cuando es real, no resta nada, sino que significa un plus. En general, los simpáticos me ofrecen más seguridad, más garantías de ser capaces, de estar a la altura de cualquier circunstancia y de saber, incluso, sacrificar en parte sus más profundas convicciones para alcanzar un acuerdo lo suficientemente malo como para ser bueno para todos.

Añoro aquellos años en que, recién salidos del túnel de la dictadura, los españoles caíamos muy bien en cualquiera de los múltiples foros internacionales en los que acabábamos de aterrizar. España era un país simpático que había conseguido, por fin, romper las ataduras de un régimen fundado por un general muy serio que nos había dejado, también, como legado a un presidente del Gobierno también serio al que un simpático Rey había logrado sustituir por otro personaje amable y simpático. Ambos, junto a otras gentes simpáticas, habían sido capaces de hacer algo tan serio como establecer un sistema democrático, sin necesidad de que los españoles volviéramos a enfrentarnos violentamente unos contra otros.

Recuerdo muy bien cómo siendo muy escaso el peso especifico de España o de la asociación que representábamos, fuimos muchos los españoles que sin méritos personales especiales (me ocurrió en AIE, en el BEUC, en la IOCU...) ocupamos puestos relevantes en distintos foros u organismos en los que no teníamos nada más que un voto, pero donde nos apoyaban países grandes y chicos, tradicionales amigos o nuevos admiradores de nuestro país, a pesar de ser una potencia mediana, "tirando a pequeña", que ni siquiera formaba aún parte de la CEE.

No entiendo por ello -salvo que nos hayamos empeñado en dejar de ser un país simpático y lo hayamos conseguido- el actual empeño de nuestro presidente del Gobierno en torpedear la marcha de Europa con su intransigencia. Quizá considere que lo serio es respetar, por considerarlos inamovibles, acuerdos precedentes sobre el peso específico de los distintos Estados dentro de la Unión Europea.

No estoy en modo alguno convencido de que esa intransigencia -en alianza con otro gobernante serio, como el presidente polaco- sea lo mejor para el futuro de España en la Unión. Algún voto menos, pero ser o caer simpático, a España le dio buenos rendimientos en el pasado. Pero aunque éstos no se produjeran, pienso también que la Unión -como en su día la democracia en nuestro país- es mucho más importante que uno u otro reparto de poder entre los Estados que la forman. Y ello es en sí un proyecto simpático y serio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_