Michael Portillo, la última promesa 'tory', se retira de la política
Michael Portillo no se presentará a las próximas elecciones. El joven thatcherista de los años noventa que quiso pero no pudo liderar el Partido Conservador para renovarlo y anclarlo en el cambio social, anunció ayer que no quiere seguir en los Comunes. "Mi corazón no está ya en el quehacer del Parlamento", explicó ayer al dar cuenta de su decisión.
Portillo decidió hacer pública su decisión ahora para que nadie malinterpretara su renuncia a entrar en el Gobierno en la sombra que está formando el nuevo líder conservador, Michael Howard. "Gracias por tu generosa sugerencia de que vuelva desde los escaños de segunda fila a unirme contigo en el Gabinete en la sombra", escribe Portillo en una carta a Howard. "Como te dije, hace ya algún tiempo que estoy pensando en mi futuro y he decidido que éste está fuera de la Cámara de los Comunes".
En la misma semana, los conservadores han vivido la paradoja de elegir como nuevo líder a un político que hasta la semana pasada se identificaba con el conservadurismo social y la derecha política y ver cómo les deja el máximo representante de una corriente que hace ya algún tiempo que sabe que los tories han de renovarse o morir.
Hijo de españoles, republicanos exiliados, Michael Portillo llegó a los Comunes en noviembre de 1984. Orador carismático, desarrolló una fulgurante carrera como entusiasta thatcherista que le llevó a ser ministro de Defensa con John Major. En 1997 vivió su primera gran humillación, cuando se quedó fuera del Parlamento. Dos años después volvió, aprovechando unas elecciones parciales, pero en 2001 el grupo parlamentario le dejó fuera de la carrera por el liderazgo por un solo voto.
La admisión de su pasado homosexual y los años en segunda fila acabaron transformándole política y personalmente y distanciándole de una vida política anodina en un partido encerrado en sí mismo, incapaz de evolucionar tan rápido como él. El periodismo y el arte se hicieron camino en su vida y le hicieron ver que hay algo más que la política de partidos. "Estoy a punto de tirarme a una piscina en la que espero que haya agua suficiente", comentó ayer, y aseguró que no ha recibido ninguna oferta profesional. En la actualidad ya combina sus actividades de diputado de base con el periodismo.
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