Rechazo
Dolida y conmovida me siento ante la fotografía teñida de sangre por la caza de delfines en la costa japonesa que exhibe este diario en su portada del pasado jueves. La ambición del hombre no tiene límites, y si es capaz de cometer los mayores atropellos contra su misma especie ¿cómo pedir que sienta una mínima consideración hacia los animales? Pido, por tanto, a las organizaciones internacionales que regulen, al igual que ya se hizo con la captura de ballenas, el sistema de pesca de los delfines para evitar el sufrimiento innecesario de estos animales y trasladen a las autoridades japonesas el rechazo de muchos ciudadanos del mundo. ¿Cuándo los Gobiernos serán conscientes de que el cuidado y la protección de las especies y el medio ambiente es la mejor herencia que recibirá la próxima generación?