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Pulseras de control electrónico para los seguidores violentos

La decisión ya está tomada. Los hinchas violentos que sean condenados judicialmente a no poder acercarse al estadio de su equipo serán anillados con una pulsera electrónica de control telemático que hará saltar una alarma en comisaría en caso de que abandonen el confinamiento en su domicilio o se acerquen al campo. El Ministerio del Interior se ha inclinado por esta medida, ya aplicada a presos en tercer grado, ante la dificultades que planteaba la propuesta inicial de obligar a los ultras a permanecer en comisaría desde una hora antes del partido hasta una hora después del pitido final.

La opción de control electrónica ha sido adoptada por Interior, según altos cargos del departamento, tras observar el buen resultado que hoy día está dando con los 358 presos en tercer grado (semilibertad) a los que se les ha instalado la muñequera o tobillera electrónica para que no tengan que ir a la prisión a dormir.

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El mecanismo, llamado ES-2000i y fabricado por la empresa israelí Elmo-tech, es sencillo: el hincha objeto de sanción de alejamiento tendrá que llevar el aparato, similar a un reloj-calculadora sumergible, las 24 horas del día. El brazalete emite continuamente una señal de radio. Si el hincha no llega a casa a las horas marcadas, el módem instalado en su casa envía una señal telefónicamente a la comisaría donde el sancionado esté sometido a control; si se intenta quitar el aparato, pita, y si se acerca al estadio, también pita.

El sistema telemático permite un "control horario", es decir, establecer las horas en las que el hincha debe estar localizado en su domicilio, y un "control de lugares", ya que permite instalar receptores de señal en los estadios para que alerten de que el anillado está por las inmediaciones.

La aplicación de este sistema tiene cobertura legal para los presos en tercer grado (artículo 86.4 de la ley Penitenciaria), pero requeriría reformas del Código Penal para aplicarla a los hinchas. El Gobierno pretende incorporar una enmienda al proyecto de reforma del Código que se está tramitando en el Senado para consignar como un delito específico la violencia en el deporte, donde tendría cabida introducir la pulsera como un elemento de vigilancia del cumplimiento de la sanción. La reforma ya contempla que el hincha condenado a prisión por altercados graves no podrá acercarse al estadio durante los tres años posteriores al final de la pena. La pulsera magnética la tendría que llevar durante todo ese periodo (lleva una batería de 14 meses).

Esta opción ha sido elegido ante las dificultades y el costo que supondría crear en las comisarías zonas para el control de hinchas. "Podría convertirse en un cachondeo", explican fuentes de Interior. En cambio, el sistema telemático es barato: sale a cinco euros al día por persona monitorizada.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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