Salva arruina al Espanyol
El Málaga deja como colista al cuadro de Clemente, sin pegada
La hinchada espanyolista se pasó toda la tarde de ayer con las manos en la cabeza por lo mal que jugó su equipo al principio y por el jarro de agua fría que supuso el segundo gol del Málaga al final. Fue un mazazo para un Espanyol incapaz de ganar un partido ni por pasiva ni por activa. Ayer, cuando mejor jugaba, cuando se había despabilado después de su nefasto primer tiempo, recibió un segundo tanto que, a menos de diez minutos de la conclusión, lo dejó tieso.
Pagó su calamitosa primera parte el equipo local. A remolque de un tímido Málaga que tardó lo suyo en apercibirse de la ocasión que se le presentaba, Clemente tuvo el mérito de corregir tras el descanso. Su cuadro, con la incorporación de Morales, haciendo pareja en el medio centro con Domoraud, y Raúl Molina, desplazando a Bobson del carril izquierdo, estuvo en disposición de remontar. Pero careció de pegada. Gastó cantidad de pólvora, pero sólo anotó un gol, el del empate. En cambio, Salva aprovechó una de las aisladas incursiones del Málaga en el segundo tiempo y el agujero negro en que se convirtió el eje defensivo blanquiazul para zanjar el asunto.
ESPANYOL 1 - MÁLAGA 2
Espanyol: Lemmens; Bertrán, Jarque, Torricelli, Wome; Bastía (Morales, m. 46), Domoraud; Tayfun (Jordi, m. 60), Maxi, Bobson (Raúl Molina, m. 46); y Tamudo.
Málaga: Arnau; Josemi, Fernando Sanz, Litos, Valcarce; Romero (Luque, m. 74), Miguel Angel; Manu (Juan Rodríguez, m. 57), Edgar (Insúa, m. 67), Duda; y Salva.
Goles: 0-1. M. 35. Romero, a pase de Salva.
1-1. M. 56. Tamudo se adelanta a Josemi y cabecea junto al palo un centro de Bertrán.
1-2. M. 84. Salva eleva sobre la salida de Lemmens tras un magnífico pase de Luque.
Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Valcarce, Josemi, Litos, Romero y Torricelli.
Montjuïc: 18.700 espectadores.
Clemente recurrió a una pareja de centrales inédita para suplir las ausencias del sancionado Lopo y del lesionado Soldevilla. El canterano Jarque, de 20 años, y el veterano italiano Torricelli quedaron en entredicho, igual que Lemmens en un par de salidas. Tantos titubeos encogieron a sus compañeros.
El Espanyol atacó desde lejos y con muy poca cosa. Empieza y acaba en Tamudo. Tanto tuvo que recular para trabajar en la pivotación que ni aparecía en el radar de Arnau. Romero y Manu blandían la batuta en el centro del campo, la pareja formada por Josemi y Manu llevó por la calle de la amargura al flanco izquierdo del Espanyol y Duda fue una pesadilla para Bertrán.
Las correcciones que introdujo Clemente en el descanso cambiaron el decorado. El Espanyol ganó jerarquía en la medular. Raúl Molina se erigió en una máquina de tejer pases a los espacios libres. Pero Maxi, en un mano a mano con Arnau y en un remate cruzado, y sobre todo Tamudo, con un remate alto a bocajarro cuando estaba en la boca del gol, desperdiciaron las numerosas ocasiones de las que dispuso el Espanyol. Salva, sin embargo, no perdonó. Juande Ramos, el técnico manchego despedido hace justamente un año de Montjuïc y ahora en las filas del Málaga, regresó como visitante y le pasó el muerto a Clemente.
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