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Reportaje:

Linkin Park: rock sin política

El grupo, que tocó el lunes en Madrid, reivindica una música de sensaciones

Diego A. Manrique

Aunque Linkin Park apareció relativamente tarde (su primera entrega discográfica data del año 2000), el grupo se ha colocado en cabeza -ventas, presencia- de lo que llaman nu metal o alternative metal. En discos como Hybrid theory o Meteora se evidencia su habilidosa integración de electrónica y hip hop en un contexto de rock pesado.

En lo profesional, su ética del trabajo les hace disculparse profusamente por suspender una visita a España debido a una enfermedad del cantante, Chester Bennington. Esta vez sí han podido venir a Madrid, donde tocaron el lunes. La cancelación anterior no fue un capricho, explica Bennington: "Recuerdo con precisión total la primera vez que tocamos en España, como teloneros de Deftones. Todo era nuevo para nosotros y aquello resultó tan extraordinario que queríamos repetir, para ver si la energía que sentimos era real o un espejismo".

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Chester explica su posición: "La gente cree que los músicos estamos en esto por el sexo y el dinero. De lo primero, yo no quiero saber nada: estoy felizmente casado. Y de lo segundo... Ni con todo el dinero del mundo puedes comprar la sensación de estar ante miles de personas que corean tus canciones, es como si se electrificara todo tu cuerpo. El rock te da la oportunidad de vivir tus fantasías. Linkin Park ha actuado con Black Sabbath y con Metallica, que son los grupos que yo más escuchaba cuando era un crío. ¿Cómo puedes pagar eso?".

Conviene no perder la perspectiva histórica, insiste Bennington: "Nu metal.. Entendemos la necesidad de las etiquetas pero, si te lo tomas en serio, es un disparate. ¿Qué hay de nuevo en esto? Estamos desarrollando las fusiones de Aerosmith con Run DMC, de Anthrax con Public Enemy. ¡Y eso ocurrió en los ochenta!".

El ascenso de Linkin Park fue tan veloz que el grupo todavía está intentando desprenderse de etiquetas inciertas: "Se nos intentó categorizar como grupo cristiano, debido a que hicimos giras con gente como P.O.D., que sí declaran sus creencias. Pero en Linkin Park hay hasta judíos, así que no nos vale. En lo personal, puedo decirte que están locos los que niegan la existencia de Dios. Y también, que me dan pena los que aceptan que su vida sea regida por una organización religiosa".

Para Bennington, aún son más irritantes los músicos que usan los escenarios para transmitir consignas: "Yo tengo mi opinión sobre la guerra de Irak. Pero es algo que únicamente comparto con mi familia, con mis amigos. Trabajamos con las emociones, no con las noticias del día. Debería haber una ley que especificara que hablar de política está prohibido a los músicos de rock. ¡Y a las estrellas de cine! ¿A quién le puede importar lo que piense Johnny Depp sobre la situación en el Tibet?".

Chester Bennington.
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