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Reportaje:

La telenovela de Tony y Gordon

Un canal británico realiza un filme sobre el pacto entre los líderes laboristas

Unos les adoran. Otros les odian. Pero a todos los británicos les apasiona la relación de dos escoceses que han dominado la vida política del Reino Unido: Tony Blair y Gordon Brown. La extraña relación que desde hace un decenio ha convertido en pareja a este par de políticos llegará dentro de una semana a los hogares del Reino Unido a través de The Deal (El Pacto), una película dirigida por Stephen Frears para la cadena Channel 4, que en abril pasado había sido rechazada por Independent Television (ITV), temerosa de que Blair perdiera el poder antes del estreno.

Las relaciones entre Blair y Brown son un termómetro fundamental para tomar la temperatura de la política de las islas desde que el 31 de mayo de 1994 quedaron a cenar en el Granita, un restaurante italiano de Islington, un barrio del norte de Londres al que a sus moradores les encanta decir que es bohemio y ligeramente izquierdista. Cuenta la leyenda que aquella noche Blair y Brown, que hasta entonces siempre habían sido Brown y Blair, sellaron un pacto de sangre para liderar el Partido Laborista y repartirse el poder cuando llegaran a Downing Street.

'El Pacto' está dirigido por Stephen Frears, que afirma con chanza que es "el retrato de un matrimonio"

Poco antes había muerto de un ataque al corazón el entonces líder laborista, John Smith. Los conservadores de John Major habían ganado de manera sorprendente las elecciones de 1992, pero el retorno del laborismo al poder parecía ya entonces inevitable tras los dos decenios de supremacía tory bajo la batuta de hierro de Margaret Thatcher. Quien consiguiera el liderazgo del Partido Laborista tendría las llaves del número 10 de Downing Street.

Con John Smith en vida, Gordon Brown se sentía su delfín y su indiscutible sucesor. Pero tras su muerte, la figura más juvenil y moderna de Tony Blair se alzó rápidamente con el primer lugar en las encuestas periodísticas. Brown y Blair, que entraron juntos en el Parlamento en 1983 y compartían despacho, tenían que ponerse de acuerdo para formar un ticket invencible. Y dicen que aquella noche sellaron el pacto de sangre que acabó llevando a Blair a la residencia del primer ministro y a Brown al vecino número 11, la residencia oficial del canciller del Exchequer o ministro del Tesoro. Aquel pacto, cuentan los seguidores de Brown, tenía una segunda parte: Blair dejaría su cargo durante la segunda legislatura y respaldaría a Brown como su sucesor en el liderazgo del partido y del Gobierno.

The Deal era inicialmente un proyecto de ITV, pero esta cadena renunció en abril a seguir adelante por prudencia para evitar que el proyecto pudiera dificultar la fusión que entonces negociaban las productoras Granada y Carlton, pero cuentan las malas lenguas que el verdadero problema era el temor a que Tony Blair, acosado por la guerra de Irak, hubiera perdido ya el poder cuando se estrenara la película. Pero Blair sigue en el poder a pesar de la guerra y Channel 4 ha preparado un otoño intensamente rojo, con aroma a rosas laboristas, que, además de The Deal, incluye el reportaje On Labour, que detalla la evolución del Partido Laborista desde su desastrosa derrota en las elecciones de 1983 hasta nuestros días, y también Inside the Mind of Tony Blair, que traza un retrato del primer ministro a partir de una serie de entrevistas con quienes trabajan en su entorno. Como contrapunto quizás a todo ello, Channel 4 ha encargado a Tom Mangold, un ex periodista de la BBC y amigo personal de David Kelly, una investigación periodística sobre la muerte del científico, un turbio episodio de la vida política británica que amenaza el futuro político de Tony Blair.

The Deal está dirigido por Stephen Frears, que ha comentado con chanza que The Deal es "el retrato de un matrimonio". "Es otra de mis películas gay", reía hace poco en una entrevista en referencia a dos de sus películas más famosas: Mi hermosa lavandería y Ábrete de orejas.

Frears explica que The Deal no desvela cuál fue el pacto alcanzado por Blair y Brown en el Granita "porque yo no estaba allí" "y sólo ellos dos conocen la respuesta". "Me imagino que la respuesta a eso tiene algo que ver con el hecho de que Blair es un abogado y, por lo tanto, es capaz de decir cosas de manera que los demás las puedan interpretar de acuerdo con su conveniencia. Seguro que dijo algo que Brown quería oír y puede interpretar de cierta forma", ha explicado el director.

Tony Blair y Gordon Brown, durante un viaje de campaña electoral en junio de 2001.
Tony Blair y Gordon Brown, durante un viaje de campaña electoral en junio de 2001.ASSOCIATED PRESS

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