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Reportaje:FIN DE SEMANA

Pedalear entre ciervos y 'van goghs'

Un museo y un parque nacional combinan arte y naturaleza en Holanda

Existen lugares que por su aislamiento nadie los creería situados en la superpoblada Holanda, un país con la extensión de Extremadura y que a lo largo de su historia ha tenido que robar al mar muchos de los kilómetros de su territorio. El parque Hoge Veluwe y el Museo Kröller-Müller forman uno de esos binomios idílicos, mezcla de arte y naturaleza, que sorprenden y conquistan al viajero.

El museo posee una excelente colección de casi 100 pinturas y más de 180 dibujos de Vincent van Gogh, amén de piezas de Mondrian, Picasso, Monet o Seurat, que se completa con un impresionante conjunto escultórico al aire libre en el que el visitante descubre, en cada recoveco, piezas de Rodin, Marta Pan, Barbara Hepworth, Christo, Isamu Noguchi, Claes Oldenburg o Richard Serra.

El Museo Kröller-Müller y el parque nacional Hoge Veluwe. Uno celebra el 150º aniversario de Van Gogh, el otro ofrece 42 kilómetros para montar en bici. Todo, a una hora y media de Amsterdam.

En el parque nacional Hoge Veluwe, el viajero encontrará 5.500 hectáreas de un paisaje inesperado, tratándose de Holanda, donde dunas y maleza rala conviven con un bosque típicamente mediterráneo. El parque está atravesado por 42 kilómetros de estrechos y bien asfaltados fietspaden (caminos para bicicletas) que se pueden recorrer en las 1.300 bicicletas, 150 de ellas para niños, a disposición de quien quiera mover las piernas y observar, en los días más tranquilos, animales como ciervos rojos (hay 200) y jabalíes (50).

El país de las dos ruedas

Holanda tiene 12 millones de bicicletas para una población de 16 millones de habitantes. En el parque, esto se nota en un tráfico denso, de ritmo tranquilo pero fluido. Las dos ruedas no sólo son la mejor opción para moverse por el Hoge Veluwe, sino también la más divertida. Para detenerse basta con dar pedales en sentido contrario al de la marcha, pero con cuidado, porque si se hace con brusquedad se corre el riesgo de salir disparado por encima del manillar.

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Parque y museo se encuentran a unos cien kilómetros de Amsterdam y apenas a diez de la ciudad de Arnhem. El acceso es sencillo, tanto en coche como en tren y autobús (si se decide por esta última opción, tardará poco más de una hora y media desde Amsterdam).

El idilio de la mecenas

El Kröller-Müller es la pieza estrella del parque -el pabellón de caza de San Hubertus, residencia durante muchos años de la familia Kröller-Müller y construido en 1914 por H. P. Berlage, también es muy interesante, aunque hay que pedir cita para visitarlo-. Además, durante los próximos meses, el museo se ha volcado, con el 150º aniversario del nacimiento de Van Gogh, con una interesante exposición sobre el pintor y Helene Kröller-Müller titulada Vincent y Helene, que se podrá visitar hasta octubre. En ella no sólo se exhiben decenas de cuadros de Van Gogh, sino que también se explica el idilio de esta hija de financiero alemán con las pinturas de Van Gogh. Helene, casada en 1888 con el empresario neerlandés Anton Kröller, compró entre 1909 y 1929 casi un centenar de cuadros del pintor. Años después donaría la colección al Estado holandés con la condición de que ésta se quedara en el Kröller-Müller, un museo ligero, funcional y muy luminoso construido en 1938 por H. van de Velde. Más tarde, en 1961, el museo se ampliaría.

En contra del grado de cansancio que implica visitar un museo, el Kröller-Müller deja al viajero con una dulce sensación de felicidad y sorpresa. Puede que el colorido y la alegría de Van Gogh tengan parte de culpa, o quizá sea la emoción de descubrir las diferentes esculturas del jardín detrás de los árboles. Algunas, como la brillante estructura en blanco Jardin d'émail, de Jean Dubuffet, permiten incluso subirse encima y pasear entre sus formas.

Un 'cisne' emerge del estanque del jardín de esculturas del Museo Kröller-Müller, en Holanda, que cuenta con obras al aire libre de, entre otros, Jean Arp.
Un 'cisne' emerge del estanque del jardín de esculturas del Museo Kröller-Müller, en Holanda, que cuenta con obras al aire libre de, entre otros, Jean Arp.RAFAEL F. BERMEJO

GUÍA PRÁCTICA

Cómo ir

- En tren. Desde Amsterdam se llega a las estaciones de Apeldoorn y Ede-Wageningen, desde donde sale un autobús hasta el museo.

- En coche. Desde la A1, A50 y A12.

- En bus. Hasta octubre funciona un servicio de autobús especial que sale desde el Museo Van Gogh de Amsterdam. Cuesta 10 euros.

Comer

Tanto el museo como el parque tienen cafeterías y restaurantes.

Además, el parque cuenta con una zona de acampada.

Precios

La entrada combinada al museo y al parque sale por 10 euros, 5 euros para los niños hasta 12 años, y 5 para los coches. Se pueden concertar visitas guiadas en el 00 31 31 85 96 155. El alquiler de una bicicleta para todo el día es de 3,50 euros, y el de un tándem, 10 euros.

Horario

El museo abre de 10.00 a 17.00 horas y el jardín cierra a las 16.30. Los lunes, cerrado. El parque abre de 9.00 a 20.00 en septiembre, y hasta las 19.00 en octubre.

Más información

- Museo Kröller-Müller (00 31 31 85 91 241 y www.kmm.nl).

- Parque Hoge Veluwe (00 31 31 85 91 627 y www.hogeveluwe.nl).

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