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Schröder suma apoyos para bajar impuestos mientras crece el temor a la recesión

El instituto alemán de coyuntura DIW pronostica una caída del PIB en 2003 del 0,1%

La oposición democristiana alemana, la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su partido hermano, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), mostró ayer su predisposición a apoyar los planes de rebaja de impuestos anunciados por el Gobierno de Gerhard Schröder. El comisario europeo de Economía,Pedro Solbes, expresó ayer en Berlín su aprobación a los planes de recortes sociales de la Agenda 2010 que intenta aprobar el Ejecutivo alemán y espera que cumpla con el Pacto de Estabilidad. Mientras, el instituto alemán de coyuntura DIW pronosticó la recesión y una caída del PIB alemán este año del 0,1%.

Solbes se pronunció de forma inequívoca por el cumplimiento de la exigencia del Plan de Estabilidad de no superar un endeudamiento del 3% del producto interior bruto (PIB).

El viento parece empezar a soplar a favor del muy golpeado Gobierno alemán. Tras sacarse de la chistera la reforma fiscal en el cónclave del pasado fin de semana en un castillo de Brandeburgo, el Gobierno consiguió pasar la patata caliente a la oposición con el anuncio de anticipar un año la reforma fiscal.

Las rebajas suponen meter 18.000 millones de euros en los bolsillos de los contribuyentes. Si las cuentas del Gobierno no resultan ser las de la lechera, esta suma podría suponer un empujón para la renqueante economía alemana. En un primer momento, a la oposición democristiana (CDU-CSU) el cuerpo le pedía guerra.

Primeras reacciones

Las primeras reacciones a los planes de rebajas del Gobierno fueron negativas. Portavoces democristianos no dejaban de poner el acento en los puntos más débiles de la reforma fiscal: la financiación poco segura y el consiguiente incremento del endeudamiento público como consecuencia de la caída de ingresos.

Esto parecía indicar que el Gobierno no podría contar con los votos de los Estados federados donde gobierna la CDU y la CSU en la Cámara alta (Bundesrat). Sin esa aprobación del Bundesrat, la reforma fiscal quedaría convertida en papel mojado, a no ser que se lleve adelante por la vía del endeudamiento.

Los democristianos empezaron a notar que el viento les soplaba en contra al recibir presiones de todos los lados y muy pronto han decidido marchar a favor de la corriente. El otro partido de la oposición, los liberales (FDP), advirtieron a la CDU-CSU de que ellos están a favor de rebajar los impuestos. Un mensaje similar salió de las más altas esferas del capitalismo alemán. Para que nada faltase, el periódico sensacionalista Bild Zeitung, que con cuatro millones de ejemplares vendidos y 10 millones de lectores es la expresión palpable del sentir de la calle, se dedicó a una campaña desatada a favor de la rebaja de impuestos. El lunes salió con un gigantesco titular en el que otorgaba al canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder, la medalla de honor por la rebaja de impuestos.

La presidenta de la CDU, Angela Merkel, y el derrotado candidato de la CDU-CSU en las elecciones del pasado 22 septiembre, el presidente de Baviera, Edmund Stoiber, se apresuraron en escribir una carta al Gobierno en la que se pronuncian a favor de poner en marcha las reformas ya este verano, sin esperar al otoño, y ofrecen al Gobierno apoyo a las rebajas de impuestos. Stoiber reprimió su ardor guerrero y está dispuesto a apoyar cuando esté sobre la mesa una propuesta "concreta", pero advirtió de que no se puede admitir que la caída de ingresos fiscales se financie del todo con endeudamiento. Por su parte, Merkel declaró al Bild que aparece hoy que la CDU no bloqueará la reforma.

Menos subvenciones

Ésta es la madre del cordero. En la conferencia económica del SPD, el ministro de Hacienda, Hans Eichel (SPD), repetía sin cesar la letanía de que la rebaja de impuestos se financiará con la reducción de subvenciones, la privatización de parte de las propiedades que todavía se encuentran en manos del Estado y, como último recurso, con un incremento de la deuda. Solbes no quiso aguar la fiesta y expresó la confianza en que la mejora económica derivada de la rebaja fiscal repercuta de forma beneficiosa sobre la economía y Alemania cumpla con el Plan de Estabilidad y así no tenga que abrir un expediente sancionador si no cumple en 2004.

No podía ser verdad tanta belleza, y la dicha no fue completa. El instituto alemán de investigación económica DIW pintó ayer en Berlín un cuadro negro sobre la evolución de la economía alemana: recesión con caída este año de un 0,1% del PIB; asegura que se dan en Alemania todos los presupuestos para una deflación y para 2004 pronostica un crecimiento de sólo un 1,3%, que podría subir a un 1,6% si sale adelante la reforma fiscal.

Si se elimina el efecto de los días festivos que caen en fin de semana y sin reforma fiscal, el crecimiento se reduce a un paupérrimo 0,7%. Una gota de agua en la piedra ardiente de la economía alemana y con repercusiones negativas para toda Europa.

Pedro Solbes (a la izquierda) habla ayer con Gerhard Schröder.
Pedro Solbes (a la izquierda) habla ayer con Gerhard Schröder.ASSOCIATED PRESS

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