Un equipo internacional a pie de calle

Ocho madrileños sin hogar que malviven en albergues, pensiones e incluso en la calle se han calzado las botas de fútbol para competir en un torneo internacional. No es un mundial ni la Liga de Campeones, sino el primer campeonato de fútbol organizado por la red internacional de periódicos de calle vendidos por indigentes, la INSP (International Network of Street Papers).

El evento se celebra del 7 al 13 de julio en Graz (Austria), y para que el pabellón de la Comunidad quede alto, el conjunto madrileño lleva semanas entrenando donde puede, a veces en el Retiro y otras en las instalaciones deportivas del Canal de Isabel II.

Y es que en este equipo no hay sueldos millonarios, sino mucha ilusión... y mucha precariedad. Han conseguido que una empresa deportiva les pague el uniforme y esperan (por ahora con poco éxito) que alguien les financie las zapatillas, las bolsas y el propio viaje. Pero saben que irán a Austria, donde coincidirán con otros 17 equipos formados por ciudadanos de diferentes países que atraviesan situaciones vitales similares a las suyas. Viajarán a Graz aunque tengan que pegarse una paliza en trenes y autobuses.

La idea de formar este equipo para ir al campeonato no partió de los propios jugadores, sino

de la revista Milhistorias, una publicación promovida por la Red de Apoyo a la Inserción Social (RAIS), que desde hace tres meses venden en Madrid personas sin recursos y que forma parte de la INSP. También colabora en el proyecto el centro municipal de acogida de San Isidro.

Saúl Rodríguez, portavoz de Milhistorias, explica que el objetivo de este campeonato es demostrar que el ocio "es una herramienta válida para la inserción de los ciudadanos sin recursos". "Por supuesto que hace falta todo tipo de apoyos laborales, sociales y de alojamiento, pero también son importantes iniciativas como ésta, que ayudan a las personas a recobrar la confianza en sí mismas", asegura.

En esta escuadra no hay superestrellas. Los Beckham no duermen en albergues. Pero sus miembros afrontan el reto como si en él se jugasen la Copa de Europa.