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Reportaje:ELECCIONES 25M | Plazas en disputa

Los pequeños levantan la voz

Los pueblos de menos de 1.000 habitantes aprovechan la campaña para exigir más subvenciones para no perder vecinos

Pedro, de 70 años y natural de Robregordo, no sabe quién es Rafael Simancas. También se encoge de hombros en el bar del pueblo cuando se le pregunta por Fausto Fernández y tan sólo hace un leve movimiento de cejas cuando se le habla de Trinidad Jiménez. Pedro vive de espaldas a la política regional y al ajetreo electoral, algo que también le ocurre a la mayoría de los 87 habitantes censados en Robregordo, uno de los pueblos más pequeños de la región y situado en la sierra norte (también llamada la sierra pobre). En Robregordo estos días no hay ni un solo cartel electoral. "Lo hemos hecho a propósito. Aquí no tenemos servicio de limpieza y no queremos que luego el pueblo se quede sucio", explica el alcalde del municipio y diputado regional, Óscar Monterrubio (PSOE). "Lo que he hecho ha sido enviar una carta con nuestro planteamiento electoral y luego pues hablo con los vecinos cuando me los encuentro en el bar, en la calle...", señala este regidor.

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Y es que en estos pueblos tan minúsculos funciona mejor el contacto directo de los candidatos con los vecinos que cualquier mitin. "Hola, ¿qué tal?, ¿cómo está tu hermana?", pregunta Monterrubio a uno de los pocos vecinos que pasean por las calles de Robregordo. El pueblo presenta un día de campaña a la una de la tarde un aspecto fantasmal. Persianas bajadas, un perro dormitando a la sombra. No se oyen ni gritos de chavales ni sonidos de la radio. Hay algo de movimiento en el bar, donde un televisor ofrece la imagen de Alberto Ruiz-Gallardón a un único cliente.

Robregordo es uno de los cuatro municipios de la región donde funciona el régimen de concejo abierto. Es decir, en los pueblos de menos de 100 habitantes -La Acebeda, Madarcos, Robregordo y La Hiruela- sólo se puede presentar un candidato por partido político (no hay concejales).

Robregordo es uno de los pocos pueblos pequeños en los que no se presenta ninguna candidatura independiente, ya que en la mayoría de los municipios pequeños hay al menos un vecino que se presenta al margen de los tres grandes partidos. Es el caso, por ejemplo, de Gascones, donde el actual alcalde Juan José Briceño, quiere repetir como regidor por el Partido Independiente Gascones Sierra Norte. Briceño, transportista y ganadero, tiene claro el problema que sufren estos pueblos: "Aquí la gente joven no se queda, cada vez hay menos habitantes. Necesitamos subvenciones para no desaparecer", reclama Briceño, enfrentado políticamente a su hermano Francisco Javier, que también se presenta a las elecciones.

En los últimos comicios municipales, celebrados en junio de 1999, los partidos independientes ganaron en 17 pueblos de los 74 de la región que tienen menos de un millar de habitantes. Triunfaron en Gascones, pero también en Torremocha del Jarama o en Berzosa del Lozoya. El PP ganó en 36 de estos municipios, el PSOE en 17 e IU tan sólo en uno (Casarrubuelos). El alcalde de esta localidad, Julián Sánchez de Diego, metalúrgico de 42 años, opina que su pueblo necesita, además de un hospital en la cercana localidad de Parla, mejor comunicación con la capital. "Hay dos líneas de transporte, pero con horarios que no son propios del siglo XXI", se queja.

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En todos los pueblos con menos de 1.000 habitantes se repite la misma historia: mala comunicación, falta de empleo, población envejecida y subsistencia basada en la agricultura y la ganadería. En algunos pueblos, incluso, tienen problemas para recibir con nitidez la señal de televisión. Horcajo, Robregordo y La Acebeda compraron un repetidor hace siete años porque en estos pueblos sólo veían, y mal, TVE-1 y La 2. Para comprar fruta o pescado, los vecinos tienen que esperar un día determinado, que es cuando viene la furgoneta con la mercancía de Madrid.

Cualquier mínimo cambio en estos pueblos minúsculos supone una revolución para sus habitantes. El municipio más pequeño de la región, Madarcos (30 habitantes), sufrió una convulsión el pasado mes de octubre cuando Telefónica decidió retirar la única cabina que había en el pueblo. Días después, la compañía zanjó la polémica instalando un aparato nuevo.

Ningún candidato de peso ha elegido durante la campaña estas localidades para apoyar a los líderes locales. Los alcaldes de los pueblos pequeños saben que su trabajo no es plato de gusto. Muchas veces están solos. Tienen que quitarle tiempo al trabajo, estar encima de los vecinos, desplazarse a Madrid para pelear por una subvención... Todo por una tarea por la que la mayoría no cobra un sueldo y sólo algunos afortunados perciben algo de dinero de los presupuestos municipales.

Alcaldes 'decanos'

Muchos pueblos pequeños acostumbran a tener un alcalde al que es difícil que los residentes le quiten la confianza en las urnas. Carlos Rivera es alcalde de Torremocha de Jarama desde hace 24 años. Rivera tiene 47 años y fue elegido regidor por primera vez cuando tenía 23.

Este alcalde siempre ha sido independiente. "PP y PSOE me han tirado los tejos para que me vaya con ellos, pero ni hablar", afirma Rivera, que defiende con tesón las candidaturas independientes. "Ni Prestige ni guerras. En estas elecciones hay que hablar de las políticas locales, y no se está haciendo", denuncia. Este regidor, del Partido Independiente de Torremocha Sierra Norte, tendrá que vérselas en las urnas con PSOE, PP e IU. "Están poniendo muchos carteles por el pueblo. Yo me voy a limitar a dar mi programa. En mi grupo tenemos que poner el dinero de campaña de nuestro bolsillo, y nos cuesta 1.500 euros", dice.

Junto a Rivera, Matías Martín, alcalde socialista de Cervera, es otro de los veteranos. También lleva 24 años como alcalde y, en un principio, no pensaba presentarse a la reelección. "La ilusión de los vecinos es lo que me ha animado", explica.

Martín pide que el Gobierno regional fomente el empleo en la sierra norte para incentivar que los jóvenes vayan a vivir al pueblo. Este alcalde ya está ilusionado con su próximo proyecto: construir una residencia de la tercera edad en el municipio.

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