Fui a ver a Zapatero
Amigo, estuve en el mitin del PSOE. Te sorprenderá, pero me sentía obligado a ir para contarlo, después de todo ahora soy casi un periodista. Y te diré que pincharon. En estos años, he visto la plaza de toros de muchas formas y, por eso, te puedo asegurar que, con Zapatero, se quedó a medias, sin desbordarse.
No me disfracé para pasar inadvertido. Podría haberme vestido, por ejemplo, de Rafa Rubio y no se hubieran percatado de que había dos Rafas Rubios, porque ciertamente nadie conoce mucho a ese candidato que se subió a la tribuna para fantasear con un señor de mostacho que le ve en pelotas. Hay discursos para todos los gustos. Y no quería provocar que Pla, con su cansino tono de reproche de patio, contara otra vez que tiene que ganar porque tuvo una infancia triste y los demás no. Como tampoco me excitaba la idea de ser descubierto como otro independiente más de prestigio para la izquierda, igual que Piles o Artagoitia. Por eso, simplemente, fui.
Me entristeció ver que el aforo no rebosaba y cómo lo atribuían descaradamente a la falta de cuatro autocares, como si los llenazos en las elecciones decisivas no fueran espontáneos. Y me pareció una tomadura de pelo que Zapatero prometiera agua para la Comunidad sin decir de dónde la va a sacar. Del Ebro, no ¿verdad? ¿De la lluvia, pues? ¿Zapatero sabe hacer llover? Como de teletienda. Nos marchamos tranquilos, allí no había ambiente de vuelco electoral.
Esteban González Pons es portavoz del Grupo Parlamentario del PP en el Senado