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10º aniversario de 'Fresa y chocolate'

Con buena música, rones de calidad y un almuerzo lezamiano por todo lo alto, la paladar habanera La Guarida celebró el viernes un aniversario muy especial: el de los 10 años de la filmación de Fresa y Chocolate, la película que dirigieron el desaparecido director cubano Tomás Gutiérrrez Alea y Juan Carlos Tabío, que cambió Cuba para siempre con su mensaje de tolerancia y de reivindicación de los homosexuales, durante años perseguidos en la isla por oscuros burócratas. El restaurante privado que regentan desde hace siete años Enrique y Odeysi en el mismo lugar donde se rodó el filme se llenó de pintores, músicos, artistas, clientes asiduos y, por supuesto, los actores y el equipo técnico que participaron en Fresa y Chocolate. Tabío, Jorge Perugorría, Mirta Ibarra y el guionista Senel Paz, entre otros, disfrutaron primero del almuerzo creado por José Lezama Lima en su magistral novela Paradiso, que se reproducía en Fresa y Chocolate: sopa de plátanos verdes, soufflé de mariscos, ensalada de remolacha con espárragos y salsa holandesa, pavo asado relleno con almendras y ciruelas y de postre crema helada. Tras el banquete, en el número 418 de la calle de la Concordia -que fue primero palacio, luego casa de huéspedes y ahora un bravo solar de Centro Habana- se produjo una catarsis colectiva. Rancaño, Zaida del Río, Abela y otros pintores interactuaron en un lienzo colectivo, los cantautores Kelvis Ochoa y Carlos Varela pusieron a la gente a gozar y algunos de los presentes hasta lloraron de emoción. Una cosa quedó demostrada: que Fresa y Chocolate y La Guarida -el refugio del inolvidable Diego en la ficción- son mucho más que una película y una paladar; ambos son espacios de iniciación para quienes pretendan conocer La Habana real y la cultura cubana.

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