_
_
_
_
_
OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Policía muncipal de Sevilla

El pasado día 11 de abril, Viernes de Dolores, cometí el error de tocar un instrumento de percusión a unas horas en las que los vecinos de una plaza del casco antiguo de Sevilla tenían el derecho a descansar.

Con el firme propósito de enmienda, me gustaría relatar lo que pasó: decidimos tomar una copita en una plaza del centro, donde unos conocidos estaban tocando un cajón flamenco. La música es una de mis grandes debilidades. Nos dejaron tocar un ratito. Tras 10 minutos de samba llegaron tres coches de la Policía Local. Lo que entonces ocurrió basa mi protesta: al bajar del coche el primer policía se dirigió a mi haciendo ostensibles gestos con la mano; tras obedecer su llamada, me llamó la atención el no recibir respuesta a mis "buenas noches" y, en cambio, obtener un seco "Dame tu carné anda...", unido a una mirada de desprecio; tras darle el DNI y comentarle que sentía lo hecho la respuesta fue literalmente que cómo que lo sentía si yo lo único en que pensaba era en hacer lo que me salía de la ... (no me parece necesario reproducir la chabacanería del agente). Tomó nota de mis datos personales y me dijo que no me fuera muy lejos ya que me tenían que tener localizado. No entendí la razón por la que no podía cambiar de lugar con plena libertad. Tras un rato, los agentes se fueron.

Esta experiencia, aunque desagradable, puede parecer no demasiado dura, pero otra que tuve ya hace un par de años refuerza mi idea.

Una noche circulaba en mi moto cuando cometí la imprudencia de pasar por un semáforo en rojo al ver que no había nadie cruzando. Al momento oí una sirena justo detrás de mi y vi cómo el patrulla se colocaba a mi altura y me empezaba a cerrarme contra la acera, con el consiguiente peligro que ello supone. El copiloto del patrulla me decía: "¡O te paras o te tiro, o te paras o te tiro!". Tras pararme y recuperarme del susto, firmé la multa y la pagué unos días después reconociendo mi error y pagando por ello. Pero: ¿era todo aquello necesario? ¿no hubiera bastado con una sanción y acaso un leve reproche? ¿Es razonable y justo estar a punto de pagar con mi vida el cometer una infracción...?

Mi actitud en uno y otro caso no fue la correcta y lo reconozco, pero, ¿merezco por eso sufrir el comportamiento de unos funcionarios del Ayuntamiento cuya motivación principal, más que mantener el orden, parece provocar una situación desagradable con su actitud barriobajera? ¿Es ésta la Policía Local que queremos?

Sé que todo arranca de errores míos y asumo sus consecuencias razonablemente, pero, ¿debo por ello de ser tratado como un delincuente común y menospreciado por alguien que llevando esa actitud demuestra mucha menos educación que yo?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_