Madrid como Pamplona
El delegado de Gobierno que nos ha tocado en Madrid lo sufrimos muchos pamplonicas pocos años atrás. Por eso, no me sorprende la represión tan violenta con la que apoya los argumentos de nuestro Gobierno. Su estilo es el que hemos visto en las calles: palos y carreras. Hace pocos años el señor [Francisco Javier] Ansuátegui declaraba cada fin de semana "el asedio de Pamplona": furgonetas, antidisturbios, botes de humo y pelotas de goma....
Allí la lucha es de distinta índole y los excesos "se justificaban por los desmedidos vándalos abertzales". Ahora, los vándalos somos todos y cada uno de nosotros, porque si estás en la calle, protestes o no, te manifiestes o no, vas a ser blanco de la decisión de Ansuátegui: "Se dispersen, coño". Y para eso, furgonetas, antidisturbios, botes de humo y pelotas de goma, como antaño.
Nos faltará calle para correr a todos los que vivimos en Madrid, porque Ansuátegui sólo sabe hacer las cosas de una manera: golpeando más fuerte. Mientras, el ministro Ángel Acebes habla de "actuación proporcionada", la policía y abre un expediente informativo al agente que golpeó a la "vándala preguntona". Lo que nos queda es curarnos las heridas porque, aunque seas víctima de su decisión, ¿a quién vas a denunciar? Los tiempos cambian: en Madrid, como ya pasó en Pamplona, hemos pasado de la libertad de expresión a la libertad de represión.
