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Hacienda vigila las transacciones con oro para evitar fraudes en el pago del IVA

El fisco trata de impedir que la inversión en el metal precioso se desvíe al consumo

Hacienda ha detectado "problemas" con las inversiones en oro y quiere atajarlos de raíz. Con este fin, un borrador de real decreto que será aprobado este próximo abril obligará a quien realice operaciones con "oro de inversión", exento de IVA, a detallar con qué tratamiento fiscal maneja ese metal precioso. Se trata de evitar que el llamado "oro de inversión" (barras, láminas o monedas de una pureza mínima de 995 milésimas) sea desviado al circuito industrial y transformado sin pagar impuestos. En 1998, Hacienda denunció una trama de facturas falsas en compras de oro por 120 millones de euros.

Según el director general de Tributos, Miguel Ángel Sánchez, ante los "problemas" detectados, Hacienda ha decidido controlar más las operaciones con oro. Se trata de lograr que si el "oro de inversión", sin IVA, llega al circuito industrial pague los impuestos de cuya exención se benefició en origen (16%), al margen de las cargas que deba satisfacer por la labor de transformación, en joyas por ejemplo.

Ese control se traducirá en la obligación de comunicar el origen del oro en las transacciones comerciales, detallando si en origen pagó o no pagó impuestos. La obligación está recogida en el borrador de real decreto presentada esta semana por el Ministerio de Hacienda que reformará las obligaciones de facturación para tres millones de empresarios y determinados aspectos de la reglamentación del IVA.

"Es una medida preventiva" aseguran fuentes de la Agencia Tributaria en torno a un activo financiero, el "oro de inversión" que, según la Directiva 98 /80/ CE, se define como "oro en barras o láminas de peso aceptado en los mercados de lingotes, de una pureza igual o superior a 995 milésimas, representado o no por títulos y las monedas de oro de una pureza igual o superior a 900 milésimas acuñadas después de 1.800".

Hasta ahora, los negociantes en oro de inversión (existen 208 fondos de inversión en recursos naturales en Europa, muchos de ellos con intereses en minas de oro) sólo estaban obligados a llevar la contabilidad de sus operaciones y conservar los documentos para identificar a sus clientes durante cinco años. Con el nuevo decreto, tendrán que detallar el tratamiento fiscal del oro con el que trabajan en cada operación. La medida puede afectar a inversores, fondos, industriales de la joyería, laboratorios e incluso a los odontólogos que trabajan con el metal precioso.

El control del comercio de metales preciosos por parte de Hacienda propició en 1998 una importante operación contra el fraude. El fisco detectó y denunció ante la Fiscalía Anticorrupción (que a su vez trasladó el caso a la Audiencia Nacional) una trama de empresas que operaban con oro y que evadían el pago de impuestos. El importe del fraude, que se extendió durante años, ascendió a 120 millones de euros, según fuentes de Hacienda.

Valor refugio

El oro se convierte habitualmente en un valor refugio en tiempos de incertidumbre económica o de inestabilidad internacional. La regla se ha cumplido este año dado que el progresivo aumento de la tensión internacional empujó el valor del metal amarillo hasta niveles récord a principios del mes pasado, cuando la onza troy de oro (31,10 gramos) alcanzó un precio de 380 dólares en el mercado londinense, una marca desconocida desde el año 1996. Como en el mercado del crudo, los precios se han relajado en las últimas semanas y en los últimos días, el oro ha cotizado en torno a los 330 dólares por onza.

En España, según las empresas especializadas en este tipo de transacciones, la inversión en oro aumentó de forma espectacular desde finales del pasado año (hasta un 30% en dos meses), aunque en volúmenes relativamente modestos (compras de en torno a 1.000 kilos en el periodo) y en forma de lingotes de 50, 100 y 250 gramos. El aumento de las compras, a pesar de los elevados precios se explica, en opinión de los especialistas, por una conjunción de factores: la diversificación de las monedas llamadas "de reserva" frente a la hegemonía del dólar; los temores a un posible aumento de la inflación, y las operaciones especulativas con el metal precioso.

Es en este contexto de animación del mercado donde Hacienda ha decidido afinar los controles para evitar un agujero por el que se escapen ingresos y se fomente el fraude.

Reservas de oro en el Banco Nacional de Suiza.
Reservas de oro en el Banco Nacional de Suiza.REUTERS

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