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Un grupo de 40 pacifistas 'ocupa' la base militar de Bétera en protesta por la guerra

La policía impidió que el colectivo anti-OTAN realizase una inspección civil del recinto

Cristina Vázquez

Las protestas contra la guerra llegaron ayer a la base militar de la Alianza Atlántica en Bétera. Unas 40 personas, organizadas por la Campaña Anti-base, ocuparon simbólicamente el recinto, rodeado de fuertes medidas de seguridad, con el objetivo de llevar a cabo una inspección civil de la base y "comprobar que no contiene armas de destrucción masiva", dijeron. Los cuerpos policiales dejaron que recorrieran algunos kilómetros, pero después les cortaron el paso y pidieron que saliesen. Se negaron y fueron identificados. El grupo dejó el recinto una hora después. No hubo incidentes.

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El día amaneció con lluvia. "Parece que Bush tiene hilo directo con Dios", bromeaba uno de los participantes en la protesta convocada ayer por la Campaña contra la base de la OTAN-Inspección Ciudadana. Un grupo de 40 personas se reunía en un bar de la población para desde allí dirigirse al recinto militar e iniciar una inspección civil de las instalaciones. De camino al lugar y tras alguna que otra maniobra de despiste se percataron de la fuerte presencia policial que estaba al cabo de su plan.

El punto de acceso elegido para ocupar la base estaba a pocos metros de una zona de descanso de Porta Coeli. "Es una acción pacífica, pública y no violenta", declaró el portavoz del grupo, Carlos Pérez. "Esta es una instalación militar que forma parte del engranaje de esta guerra injusta y vamos a inspeccionarla".

Después de varios cafés, y vigilados, por tierra y aire, por guardias civiles y soldados, cruzaron las alambradas de pinchos y ocuparon físicamente la base. Los medios de comunicación seguían de cerca la acción de protesta contra la guerra. Un guardia buscó un portavoz del grupo de inspectores para informarle de que la entrada era ilegal y que, si desistían, aquí paz y allá gloria. Pérez le respondió que saldrían de la base por la puerta principal, donde se celebraba una concentración.

Los caminos eran a esas alturas verdaderos barrizales. La lluvia no cesaba. La marcha llegó hasta una de las esquinas del perímetro del recinto militar, en el linde entre las poblaciones de Bétera y Serra. Los agentes, a los que se unieron nuevos efectivos e incluso perros, les cortaron el paso y les pidieron que abandonasen el recinto, los pacifistas se negaron y fue cuando unos 15 guardias civiles los identificaron. No hubo forcejeos, los improvisados inspectores civiles, distinguidos con un brazalete, se concentraron en ese punto por espacio de una hora. Sacaron sus bocadillos y almorzaron. "Vamos a intentar llegar a la puerta principal, pero no vamos a pasar por encima de nadie", dijo uno de los portavoces del grupo.

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Poco a poco fueron llegando los participantes en la concentración que tenía lugar en el acceso principal de la base. Se desplegaron pancartas, se escucharon los primeros gritos de No a la guerra y algunas cosas más. "Inspección ciudadana a las bases militares", corearon; o "Bush, capullo, el mundo no es tuyo", o "Aznar, Bush, al tribunal penal". Los participantes pidieron a los guardias que dejasen las armas y se unieran a ellos. "Que salgan los policías que también tienen hijos", les invitó incluso uno de los concentrados. El ambiente, frío por el aguacero que por entonces caía sin piedad, se caldeó. Con las manos en alto, los 40 pacifistas abandonaron el recinto entre el aplauso ciudadano y al grito, ya un clásico, de "OTAN no, bases fuera".

"Yanquis, go home", cantaron como despedida a las fuerzas de seguridad que les acompañaron durante todo el periplo. La protesta se dirigió entonces hacia las puertas de la base. Allí se congregaron unas 200 personas, que poco después daban por concluida la simbólica protesta. "Hemos cumplido con uno de los objetivos, que era entorpecer en la medida de nuestras posibilidades el funcionamiento de esta base de la OTAN porque pensamos que puede tener que ver con esta guerra", especuló el portavoz.

En la localidad de Vinaròs, la Sociedad Musical La Alianza, se sumó ayer al rechazo social a la guerra durante el Concierto de Primavera cuando un músico, en representación de todos los miembros de la banda, leyó un manifiesto a favor de la paz y contra la guerra de Irak. La acción fue ovacionada durante varios minutos por el público asistente.

Los manifestantes, ayer, en el recinto de la base de Bétera.
Los manifestantes, ayer, en el recinto de la base de Bétera.JOSÉ JORDÁN

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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