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GUERRA EN IRAK | La aportación española

EE UU despliega 22 aviones cisterna en Morón, 7 más de los previstos en el convenio

El Gobierno oculta cuándo ha aprobadado el uso de las bases para la guerra contra Irak

Miguel González

La base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla) albergaba ayer por la mañana 22 aviones cisterna de EE UU, con la misión de suministrar combustible en vuelo a las aeronaves que cruzan el Atlántico camino del Golfo. Esta cifra es superior en siete unidades al máximo permitido por el convenio con EE UU, cuya versión reformada entró en vigor el mes pasado. Pese a ello, ni el Ministerio de Defensa ni la Secretaría de Estado de la Comunicación contestaron ayer a la pregunta de cuándo ha aprobado el Gobierno el uso de las bases para la guerra de Irak, como obliga el artículo 2.3 del convenio.

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Una vez iniciados los bombardeos sobre Bagdad, el Gobierno no puede mantener la ficción de que las autorizaciones concedidas a EE UU para utilizar las bases españolas se refieren a operaciones antiguas, como Libertad Duradera, de lucha contra el terrorismo. Pese a ello, la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, se esforzó ayer por presentar el uso de Rota y Morón como rutinario, sin trascendencia política. "La actividad en las bases", declaró Palacio a la Cadena SER, "se está desarrollando dentro del acuerdo bilateral que tenemos con Estados Unidos y no hay ninguna novedad".

La novedad, sin embargo, es que el Gobierno, o ha aprobado el uso de las bases para atacar Irak y no ha informado de ello, o está incumpliendo el artículo 2.3 del convenio, que es taxativo a la hora de exigir una autorización previa por parte del Ejecutivo.

Esta interpretación no lo hacen sólo los expertos, sino el propio Gobierno, a juzgar por las palabras del entonces ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, cuando compareció el 8 de abril de 2002 en el Congreso para explicar la reforma del tratado. "El convenio es muy claro, lo era y lo sigue siendo", dijo, "en cuanto a que, dentro del ámbito bilateral y multilateral, las autorizaciones de uso, la utilización de las instalaciones de apoyo, etcétera, están recogidas con claridad en los textos, [pero] cualquier otra cosa que vaya más allá de ese ámbito bilateral o multilateral requerirá expresamente la autorización del Gobierno español".

La intervención de Piqué tiene más valor ahora porque respondía a la pregunta del portavoz de CiU, Ignasi Guardans, sobre "una eventual operación militar de los Estados Unidos que no tuviera el respaldo de Naciones Unidas, de la OTAN, [ni] de la Unión Europea y que, sin embargo, pretendiera utilizar las bases". Es decir, justo lo que está sucediendo en este momento.

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"Si se plantea en algún momento alguna circunstancia de este tipo", respondió Piqué, "ya se verá lo que tenemos que hacer, pero es posición del Gobierno español, que vamos a mantener, que cualquier tipo de operación en cualquier caso debe ser estrictamente respetuosa con la legalidad internacional, en el ámbito de esa legalidad definido por Naciones Unidas".

La virtualidad del convenio con EE UU consiste en que no sólo hay que autorizar caso a caso las escalas de buques o por periodos trimestrales las de aviones, sino que, además, hay que autorizar su misión. Y esta última decisión, de carácter político, no corresponde a un órgano administrativo, como es el Comité Permanente Hispano-Norteamericano, sino al propio Gobierno.

Desde 1990, el Gobierno ha autorizado el uso de las bases para más de 20 operaciones, de las que algunas siguen todavía en vigor. Y siempre ha informado no sólo a la opinión pública, sino también a la Junta de Andalucía, en aplicación del artículo 23 de su Estatuto de Autonomía. Salvo en esta ocasión.

El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, dijo el pasado día 12 en el Senado que se han atendido "seis peticiones de autorización" de EE UU, pero sin detallarlas ni específicar si estaban relacionadas con la campaña contra Irak. Se sabe, por ejemplo, que se ha permitido al Pentágono la construcción en Rota de un hospital de campaña con 130 camas y de alojamientos temporales para más de 600 soldados, así como el despliegue en Morón de hasta 25 aviones cisterna.

La última autorización, sin embargo, no ha sido aprovechada por Washington hasta esta semana, coicidiendo con el ultimátum a Sadam Husein.

Los aviones cisterna de EE UU (KC-130, KC-135 y KC-10) tienen una capacidad de casi 20, 60 y 125 toneladas de combustible, respectivamente, por lo que sus constantes sobrevuelos suponen un evidente riesgo. Los municipios más afectados y la Junta han reclamado al Gobierno, hasta ahora sin éxito, que elabore planes de emergencia.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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