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Entrevista:CARLOS NÚÑEZ | Presidente de Nuevas Generaciones de Andalucía

"La ley antibotellón andaluza sólo es un parche"

Reyes Rincón

Con 28 años recién cumplidos, lleva casi media vida, desde los 15, dedicado a la política. A los 20 fue el candidato del PP a la alcaldía de Tarifa; a los 24, presidente provincial en Sevilla de Nuevas Generaciones (NN GG) y un año más después, concejal en el Ayuntamiento de la capital. Ahora compatibiliza su cargo en la presidencia regional de NN GG con el de diputado por Sevilla en el Congreso.

Pregunta. ¿Cuáles son los principales problemas de los jóvenes andaluces?

Respuesta. Los mismos que cualquier joven de España, pero más graves. Aquí los índices de paro son superiores; los de fracaso escolar, más altos; las universidades andaluzas copan los últimos puestos, y el problema de la vivienda es también peor.

"Que no nos diga nadie que estamos a favor de la guerra porque eso es falso"

P. ¿Problemas agravados por circunstancias políticas?

R. Yo soy de los que opina que los ciclos políticos son directamente proporcionales a la acción de un gobierno determinado. Si no hay un impulso definitivo del gobierno andaluz para reformar la sociedad y hacerla más competitiva, siempre estaremos a la cola, y no sólo Andalucía, sino Extremadura y Castilla la Mancha.

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P. ¿Qué papel deben jugar los jóvenes políticos en las elecciones municipales?

R. Quiero que la gestión para los jóvenes de los alcaldes del PP sea un ejemplo para aquellos sitios en los que no gobernamos y se traslade a todos los programas electorales. En el Parlamento Andaluz presentamos hace dos años el primer texto de Ley de Juventud de toda España. Nos dijeron que no. Ahora estamos presentando a las asociaciones de jóvenes un plan integral que desarrolle la ley. Pronto lo traeremos al Parlamento y será la base de nuestro programa electoral para las municipales y para las próximas autonómicas.

P. En el caso de Sevilla, ¿cuáles deberían ser los compromisos de un buen programa electoral para los jóvenes?

R. Fundamentalmente una política de impulso a los jóvenes emprendedores. A un joven que arriesga su dinero, su credibilidad y su tiempo en montar una empresa hay que darle un aplauso aunque falle. A veces, sin embargo, se convierten en fracasados sociales, y eso hay que cambiarlo. Otro tema fundamental en Sevilla es la vivienda. No se entiende cómo el Ayuntamiento va a vender un solar a 1.200 euros el metro cuadrado.

P. ¿Va a haber gente joven en los puestos de salida de las listas de las capitales?

R. Yo, como presidente de NN GG, voy a hacer una apuesta decidida para que haya mucha gente joven, y sé que mi partido tiene ese compromiso. Y mi obligación es que los presidentes provinciales de NN GG vayan en los puestos de salida de las capitales. Sé que la predisposición es positiva, pero ese melón no está abierto todavía.

P. ¿Qué solución aportaría NN GG para paliar los efectos negativos de la movida?

R. Cuando fui concejal en Sevilla pedí que se creara una mesa de diálogo en la que estuvieran representadas todas las partes implicadas: los jóvenes, la policía, los vecinos, los empresarios de bares, etcétera. Me dijeron que no. Y a los tres meses la pusieron en marcha. Lo que ocurre es que nació muerta, sólo para que el alcalde se hiciera la foto. Pero yo tengo el convencimiento de que esa es la fórmula para encontrar una solución que haga compatible el descanso con la diversión. Porque no se puede criminalizar a la juventud porque unos cuantos la líen por la noche. En un estudio que hicimos hace dos años llegamos a la conclusión de que hay tres razones por las que se produce en Andalucía el botellón: el factor climatológico, el económico y la necesidad de relacionarse. Un joven que lleva toda la semana estudiando o trabajando no se puede meter en una discoteca, necesita tomarse una copa tranquilamente con los amigos y eso no lo encuentra en otro sitio que no sea en la calle.

P. ¿Se deduce que usted ha hecho muchos botellones?

R. He hecho botellón, pero no mucho porque llevo desde los 15 años en política y eso requiere viajar los fines de semana, prepararte discursos, entrevistas, etcétera. Pero estoy convencido de que si no, hubiera hecho muchos más, como la inmensa mayoría de los jóvenes en Andalucía. Hay que tomar una decisión valiente, pero consensuada.

P. ¿Esa decisión podría pasar por prohibir el consumo de alcohol en la calle como se ha hecho en Madrid?

R. No, en Sevilla eso no serviría. En todo caso, sólo podría hacerse si se consensúa un sitio alternativo.

P. ¿Botellódromos?

R. No me gustan los guetos, pero a lo mejor se podían habilitar varios sitios. No lo sé, no es una propuesta.

P. ¿La ley andaluza que prohíbe la venta a partir de las 22.00 horas no sirve para solucionar el problema?

R. Creo que sólo es un parche. Lo que puede ocurrir es que la gente compre antes de esa hora. Aunque sí que se consigue que establecimientos que antes lo vendían ilegalmente ahora no lo hacen.

P. ¿Cómo valora la movilización de los jóvenes contra la LOU y la Ley de Calidad?

R. Se dijo que el PP iba a privatizar las universidades, a quitar las becas. Insistíamos en que estaban mintiendo y el tiempo nos ha dado la razón. La LOU ya se aplica y no ha pasado nada. La Junta se queja también de que no puede financiar su aplicación, pero es que cuando se asumen competencias se asumen también responsabilidades.

P. ¿Qué opinión le merece la reacción de los jóvenes en el caso del Prestige?

R. Me parece magnífico que miles de jóvenes andaluces hayan ido a ayudar al pueblo gallego. Yo mismo estuve allí. Al final se ha demostrado que la actuación del Gobierno era la única técnicamente viable para que los efectos de esa gran tragedia fueran los menores posibles. Que me diga a mí alguien del PSOE qué hubiera hecho. Lo que no es de sentido de Estado es que ante una catástrofe ecológica así, la oposición meta el dedo simplemente por intentar arañar un puñado de votos.

P. ¿Comparte el argumento de que el PSOE ha sido desleal?

R. Hay cuestiones de Estado en las que el Gobierno, la oposición y todos los partidos políticos tienen que ser una piña. Después habrá valoraciones, se podrán depurar responsabilidades, pero ante una tragedia así no se puede hacer política.

P. ¿Irá a la manifestación contra la guerra del próximo sábado [por ayer]?

R. Iría si no fuera una manifestación politizada. Sadam Husein supone una amenaza para el mundo porque expulsó a los inspectores de Naciones Unidas en 1998 cuando descubrieron un gran arsenal de destrucción masiva. La resolución 683 del 3 de abril de 1991 y la 1.441 de noviembre decía muy claro que Huseim tenía que demostrar qué ha hecho con esto, pero él se niega. Se le ha ofrecido un exilio y ha dicho que no; su viceprimer ministro ha amenazado directamente a España. Nosotros, lo que tenemos muy claro es que vamos a estar con la legalidad internacional. Y que no nos diga nadie que estamos a favor de la guerra porque eso es rigurosamente falso.

P. Aunque no le quieran llamar guerra, sí que justifican un ataque preventivo.

R. Me remito a la resolución 1.441 de noviembre que emplazaba a Irak a desarmarse. Si no lo hacía, la intervención militar estaba plenamente justificada. Fue una resolución unánime. La única alternativa a la guerra es que Sadam cumpla la resolución o se exilie. La vía diplomática se ha agotado. La intervención militar es lo más indeseable, pero no hay más remedio.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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