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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Doblaje de películas en habla no hispana

En la carta al director publicada el lunes 3 de febrero remitida por doña Mari Carmen Arístegui, se hacen unas alusiones referentes a mis opiniones sobre la crisis de la producción cinematográfica española y referentes a mi persona que me gustaría puntualizar:

En primer lugar, me reafirmo en mi creencia (antigua creencia compartida por muchas personas) de que el doblaje no sólo es malo para el cine español, sino que además es y ha sido nefasto para el aprendizaje de las lenguas extranjeras en nuestro país. No hay más que mirar cuáles son los países que permiten el doblaje en las películas y entonces creo que se comprenderá mejor mi opinión.

En segundo lugar, quisiera aclararle a la señora Arístegui que la bajada del precio de una entrada de cine (en mi opinión, muy asequible) no provocaría una rebaja en mi sueldo como actor, del mismo modo que una subida en el precio de dicha entrada tampoco provocaría una subida en el referido sueldo. Los baremos por los cuales suben y bajan los sueldos de los actores dependen de otros factores mucho más complejos que le ruego me permita evitárselos en atención a su precioso tiempo.

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Y en tercer lugar quisiera puntualizar otra de sus respetables opiniones. Cuando usted dice en su carta que a mí me dio asco interpretar a Franco en la película Madregilda, comete usted un pequeño error de cálculo al efectuar su disparo.

En la ceremonia de entrega de los Goya del año 1994, en la que la Academia me distinguió con su máximo galardón en el apartado de mejor interpretación masculina, dije que de las cosas más bonitas que tenía interpretar a un personaje como el de Franco era que "alguien cuya referencia histórica te pudiera provocar el más absoluto de los rechazos pudiera provocarme a mí el mayor de los placeres a la hora de interpretarlo, y además ser premiado por ello". El rechazo me lo daba, y me lo da, Franco, no "interpretarlo". Creo que en este caso el matiz es esencial, si usted me lo permite.

Coincido con usted, señora Arístegui, en el deseo de que cada vez se hagan más y mejores películas españolas. En eso estamos, pero le aseguro que no es fácil.

Y permítame por último recomendarle que vea usted una película de la producción de este año, que seguramente pasará inadvertida por culpa de la invasión de películas dobladas (americanas casi todas ellas) y de sus millonarios presupuestos publicitarios, se llama El traje, y es un ejemplo del buen cine que a veces, como todo en nuestro país, nos sale bien.

Además, si usted acude a una sala de exhibición a verla,evitará pertenecer a ese numerosísimo grupo de ciudadanos que, según las encuestas, a partir de los 30 años, deja, o casi deja, de asistir a la proyección no de películas españolas, sino de películas en general.

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