Las acusaciones de corrupción entre el PSC y CiU enconan la precampaña electoral

Convergentes y socialistas se lanzaron ayer a una carrera de reproches y acusaciones mutuas sobre los presuntos casos de corrupción que les afectan, en un claro síntoma de la frenética actividad preelectoral que se avecina. José Montilla, primer secretario del PSC, advirtió ayer de que su partido no cesará de denunciar las irregularidades que puedan vincular a CiU, aunque precisó que no convertirá este asunto en eje de la campaña electoral. Los dirigentes nacionalistas decidieron pasar a la acción. Los democristianos de Unió Democràtica aseguraron que el alcalde de Barcelona, Joan Clos, gastará este año 7,4 millones de euros en la nómina de 58 cargos de confianza.

Pasqual Maragall abrió fuego el pasado sábado con los casos de corrupción de los nacionalistas de CiU. En el consejo nacional del PSC, Maragall animó a los cuadros del partido a fiscalizar al Gobierno catalán y a CiU y a publicitar las presuntas irregularidades. "Lo digo para que lo digáis; tenemos que decir las cosas como son", exclamó el candidato socialista. A la mañana siguiente, la respuesta del conseller en cap, Artur Mas, fue premonitoria: "Si es necesario le recordaremos asuntos pendientes que afectan al Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación y otro ayuntamiento del área metropolitana".

Otros dirigentes de la federación se encargaron ayer de cumplir la advertencia de Mas. En concreto, el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, y su adjunto, Pere Macias, desempolvaron los casos Movilma y Prohalsa y recordaron que el PSC todavía no ha saldado un crédito bancario de 1.300 millones de pesetas, concedido en 1994. Montilla subrayó que ninguna entidad financiera ha condonado a su partido créditos impagados, como se insinúa desde CiU.

Informe de UDC

Los democristianos pasaron a la ofensiva. Si los socialistas y Esquerra Republicana denunciaron en su día el "excesivo" número de cargos de confianza de la Administración autonómica, Unió desveló ayer un informe sobre los contratados por el Ayuntamiento de Barcelona. Este informe señala que el consistorio que preside Joan Clos posee un total de 58 altos cargos eventuales y 49 asesores integrados en la "estructura política", informa Efe. Estas contrataciones suponen para el erario público un total de 7,4 millones de euros para personal eventual -asesores y cargos de confianza- además de 580.000 euros a personal laboral eventual, lo cual suma ocho millones de euros.

Duran utilizó ayer estos datos para asegurar que el 2,31% de la plantilla del Ayuntamiento de Barcelona es eventual, un porcentaje muy superior al de la Administración de la Generalitat, con el 0,20%.

La respuesta de CiU no afectó el ánimo de los dirigentes socialistas. José Montilla, tras la reunión de la ejecutiva del PSC, achacó las palabras de Duran y Macias a un "claro síntoma de desesperación de CiU por la previsible derrota electoral" y reiteró que los socialistas "no callarán" ante los presuntos casos de corrupción en manos de la justicia. "Sólo hablaremos de asuntos que estén en los tribunales, y desde luego, no miraremos hacia el pasado para recordar los casos Cullell, Planasdemunt o Casinos", afirmó Montilla, quien anunció una batería de preguntas parlamentarias sobre asuntos vigentes, como la imputación del director general de Cooperativas de la Generalitat en el caso Pallerols o el sueldo que percibe Joan Ramon Colomines por la promoción turística de Cataluña en Gran Bretaña e Irlanda. Colomines, impulsor de una plataforma ciudadana de apoyo a la candidatura de Artur Mas, percibe un salario de 47.914 euros del Departamento de Trabajo.

El secretario general de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod, lamentó que CiU y el PSC "hayan conectado el ventilador de los casos de corrupción" para ventilar sus "trapos sucios". "Resulta difícil decir quién es más corrupto", manifestó Carod, quien agregó que en Cataluña " hay corrupción y caciquismo de mar y de montaña".