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Signos

La recuperación de una joya del arte omeya

La Fundación El Legado Andalusí, dependiente de la Consejería de Cultura, acaba de reeditar una obra publicada en 1975 y agotada en pocos años: Qusayr' Amra. Residencia y baños omeyas en el desierto de Jordania, que recogía los trabajos de conservación realizados en el palacio omeya Qusayr' Amra por una misión arqueológica española enviada a Jordania entre 1971 y 1974 por el Ministerio de Asuntos Exteriores. En aquellos años, un equipo de restauradores dirigidos por el entonces director del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, Martín Almagro, hoy fallecido, redescubría al mundo una de las joyas del arte omeya: las pinturas de este monumento que, en medio del desierto, fue residencia de reposo y caza con lujosos baños. Construido a principios del siglo VIII, cuando la península Ibérica acababa de incorporarse al mundo islámico, se atribuye su construcción al califa Walid I o su hermano Sulayman.

QUSAYR' AMRA

Varios autores Fundación El Legado Andalusí 2002 (reedición) 202 páginas. 40 euros

El objetivo de la misión, integrada por Martín Almagro, Luis Caballero, Juan Zozaya y Antonio Almagro, era limpiar las pinturas murales que recubren por completo las paredes interiores del palacio (considerado Patrimonio Mundial), casi invisibles por el abandono.

Una rica decoración figurativa, la más extensa del arte omeya, que refleja el refinamiento de esta dinastía y que incluye, entre otras representaciones, al rey visigodo Rodrigo entre los monarcas vencidos. Los trabajos consistieron en la eliminación de las gruesas capas de humo, grasa y polvo que se habían acumulado sobre las pinturas hasta hacerlas desaparecer casi por completo. La tarea resultó ardua, pues los restauradores tenían que recorrer a diario más de 40 kilómetros de pista de desierto y trabajar con lámparas de petróleo.

Además, las de Qusayr' Amra no se hicieron con la técnica de los frescos, sino que se realizaron como témperas, "con colores aplicados con una cola, que con el tiempo se deteriora, provocando que los pigmentos del color se desprendan con facilidad", explica Antonio Almagro en la introducción de la segunda edición. También se consolidó la estructura del edificio y se efectuaron excavaciones. Almagro reconoce que el tiempo ha vuelto a afectar a las pinturas y se requiere una rehabilitación definitiva del monumento.

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