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La Real, con 'Nunca máis'

El líder, la Real Sociedad aprovechó la visita del Celta al estadio de Anoeta para mostrar su solidaridad con Galicia por el desastre del Prestige. En el anterior partido disputado en casa, frente al Málaga, se instalaron huchas racaudatorias que, según se anunció ayer el club, alcanzaron la cifra de 8.004 euros. Pero la solidaridad no fue sólo económica. Los niños que cada partido posan con el equipo para la foto de recuerdo lo hicieron en esta ocasión detrás de una pancarta en la que se leía la siguiente leyenda: "Galicia, nunca máis". Al mismo tiempo, los videomarcadores de Anoeta mostraban la bandera de Galicia con el lema Nunca máis y su traducción al euskera, Inoiz gehiago. Incluso el Celta, fue recibido con más aplausos de los que habitualmente obtiene el equipo visitante, tras unos timidísimos silbidos que apenas duraron un instante, callados por el clamor general

Todo era solidaridad, hasta que comenzó el partido. Ahí concluyeron las concesiones, como era de prever. Cuando echó a rodar el balón, todo se olvido. Incluso que Valery Karpin, que culpó al Celta de su salida del club el pasado verano, era un ex compañero. Juanfran se lo demostró a las primeras de cambio, en la primera ocasión que se le presentó. El improvisado central, pues ayer Lotina rehizo de arriba a abajo el equipo, dadas las bajas en la defensa -con Cáceres y Berizzo sancionados y Sergio lesionado- se jugó el todo por el todo en un balón perdido entre quienes fueron compañeros. Entró con ímpetu a la pelota, pero como una locomotora. En el fútbol sólo hay amigos en los vestuarios, nunca en el campo y así lo dejó claro Juanfran.

Mucha solidaridad en el ambiente; mucho morbo en el campo. Un partido de fútbol metido en ambiente.

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