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El túnel de María de Molina costará 50 millones de euros, un 18% más de lo previsto

La negativa de Fomento a que se horade la N-II ha encarecido los trabajos, según Obras

El túnel que está siendo construido entre la calle de María de Molina y la carretera de Barcelona (N-II), el más caro de los de José María Álvarez del Manzano, costará 12 millones de euros (2.000 millones de pesetas) más de lo previsto. La edil de Obras, Elena Utrilla, confirmó ayer que el Ayuntamiento pagará por el subterráneo 50.122.799 euros (8.340 millones de pesetas). El gobierno municipal adjudicó las obras a Ferrovial-Agroman-ACS en junio de 2001 por 38,9 millones de euros, que subieron inmediatamente a 42 millones. Ahora se eleva otro 17,66% más.

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La concejal de Obras calificó ayer el nuevo subterráneo que conectará el paseo de la Castellana con la N-II, de casi dos kilómetros de longitud, como una de las "obras más complicadas que se están haciendo en España". Y esa complicación es, precisamente, la causa de que la Comisión de Urbanismo diera el visto bueno, con el voto en contra de PSOE e IU, a una modificación del presupuesto de la obra. Ésta tendrá un coste superior a los 50 millones de euros. Exactamente, 50.122.799 euros, según detalló Fernando Catalá, jefe de obras.

"El túnel tiene 12 metros de anchura por dos kilómetros de largo y discurre en algunos tramos a 30 metros de profundidad. A esa profundidad es prácticamente imposible saber lo que ocurre en el terreno hasta que se está excavando", afirmó Catalá. En su avance en el subsuelo de Madrid los operarios han encontrado bolsas de "aguas colgadas y el terreno se venía encima". "Ha habido agujeros en los que hemos metido hasta 45 metros cúbicos de hormigón. Entre las calles de López de Hoyos y Príncipe de Vergara, por ejemplo, parecía que el agujero era infinito. No había manera de colmatarlo", explicó el director de obras. Estos contratiempos no sólo han encarecido el túnel. También han retrasado su apertura, prevista para el próximo febrero. El Ayuntamiento calcula que el paso subterráneo se inaugurará en abril, un mes antes de las ellecciones.

A los imprevistos surgidos en el terreno hay que sumar las dificultades planteadas por el Ministerio de Fomento para que los trabajos se realizaran como tenían planeado las empresas. Fernando Catalá afirmó ayer que no ha sido posible atacar una boca del túnel por la N-II, como estaba previsto.

Esos trabajos hubieran inutilizado un carril de la carretera de Barcelona, ocupado por maquinaria, con los consiguientes problemas de tráfico. Por ello, Fomento denegó el permiso solicitado por el Ayuntamiento. "Si yo soy Fomento, también lo hubiera rechazado", admitió ayer Catalá. Ese "inconveniente" ha obligado a abrir un frente de ataque en la confluencia de las calles de Clara del Rey y Padre Xifré. "Se ha hecho un pozo que tiene 40 metros de profundidad, lo que ha supuesto incrementos importantes en la obra de los que no tiene culpa el licitador", concluyó el director de obras. Éste consideró "común, en una obra de esa naturaleza, que se duplique o triplique el importe porque, a pesar de los sondeos, no se sabe nunca lo que se va a encontrar".

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Los portavoces de los grupos de la oposición, Marta Rodríguez-Tarduchy (PSOE) y Justo Calcerrada (IU), consideraron, en cambio, que las modificaciones realizadas en el proyecto no están justificadas y muestran la precipitación con que se adjudicaron las obras.

El subterráneo tendrá 2.000 metros de longitud, que se están horadando por el sistema tradicional (manualmente), ya que el ancho de los dos carriles previstos, arcenes y aceras (12 metros en total) supera el diámetro de las tuneladoras más grandes que trabajan en Madrid (nueve metros). El túnel tendrá, además, un ramal de 362 metros que dará acceso directo al túnel desde la calle de Velázquez. Ese ramal se iniciará pasado el cruce con la calle del General Oráa y discurrirá por el lateral derecho de la calle de Velázquez.

39 millones

La obra se adjudicó inicialmente por 39 millones de euros, pero la concejalía introdujo inmediatamente una modificación que elevaba el coste un 10% (42 millones de euros), y ahora sube de golpe casi un 17,66%. Esto supone, de hecho, una alteración del concurso, ya que por el actual presupuesto podrían haber optado otras empresas", afirmó el portavoz de IU.

Según Rodríguez-Tarduchy, los sucesivos incrementos "carecen de lógica cuando el proyecto fue supervisado antes de su adjudicación". "Está claro que se precipitaron al iniciar el proyecto por el afán de que el alcalde de Madrid se ponga a cortar cintas de inauguración antes de las elecciones", añadió.

La edil de Obras, Elena Utrilla, del PP, rechazó las críticas de la oposición y afirmó que su departamento "no tiene costumbre de hacer modificaciones". Dice que en toda la legislatura sólo he llevado al pleno modificaciones en el 2,8% de las 600 obras realizadas.

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