Alemania autoriza su primer estudio con células embrionarias
Berlín permite la importación del material genético desde Israel
Alemania ha autorizado su primera investigación con células madre embrionarias. Para ello ha dado luz verde a la importación del material embrionario desde Israel. La células madre son para Oliver Brüstle, neurólogo de la Universidad de Bonn, cuya petición desató en agosto de 2000 una fuerte polémica que se zanjó en abril pasado, cuando la Cámara baja aprobó una nueva ley que, bajo severas restricciones, permite estas investigaciones y que se ha estrenado con esta autorización.
"Dada la larga espera, nuestro entusiasmo es limitado. Pero desde luego nos alegramos de poder comenzar", declaró ayer Brüstle. El científico, del Instituto de Neurobiología Reconstructiva de la Universidad de Bonn, espera obtener en enero las células madre embrionarias, procedentes de la Universidad Técnica de Haifa (Israel). Brüstle primero las cultivará y después inducirá su transformación en células del cerebro y de la médula.
"A largo plazo, queremos examinar si sirven para reparar defectos en el sistema nervioso", explicó. Ello podría permitir avances contra enfermedades como el Parkinson.
Igual que en otros países europeos, la investigación con células madre embrionarias no estaba claramente regulada en Alemania, país especialmente sensible al tema por los experimentos genéticos realizados por los nazis. Y por ello el Gobierno no se tomó a la ligera la decisión de permitir o no la importación de las células, cuya producción nacional ya se había prohibido a inicios de los noventa. En los más de dos años transcurridos desde la solicitud de Brüstle, varias comisiones de expertos y políticos han intentado sopesar los argumentos favorables a la importancia de esas células en la lucha contra las enfermedades.
Tras un debate parlamentario en enero pasado, en que partidarios y detractores se repartieron por igual en todos los partidos, se llegó a una solución intermedia: la obtención de células madre embrionarias seguía prohibida en Alemania, pero se permitía su importación con carácter excepcional si una "extraordinaria meta investigativa" la hacía necesaria.
Las células que se importen deben ser anteriores al 1 de enero de 2002 (con lo que se pretende evitar que se cultiven expresamente para abastecer a futuros investigadores alemanes) y sólo pueden provenir de embriones sobrantes en técnicas de inseminación artificial. Además de Brüstle, tres científicos han solicitado la importación.
En Europa está aprobada la investigación con este tipo de células en el Reino Unido, Bélgica, Suecia y Finlandia. En España está prohibida, aunque el Ministerio de Sanidad ha anunciado que se está replanteando este veto. La Junta de Andalucía ha dado su permiso para embriones no viables.
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