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Giralt-Miracle juzga rigurosa la restauración de la cripta Güell

El comisario del Año Gaudí lamenta la "precipitación"del manifiesto contra las obras

El comisario del Año Gaudí, Daniel Giralt-Miracle, calificó ayer de "pensadas, profundas y razonadas" las actuaciones arquitectónicas que el equipo dirigido por Antonio González Moreno-Navarro ha realizado en la restauración de la iglesia de la Colonia Güell, conocida como la cripta Güell. Esta intervención ha sido cuestionada en un manifiesto firmado por 50 intelectuales que se presentó la pasada semana. Giralt-Miracle consideró "precipitado" dicho pronunciamiento, al que da apoyo la llamada Plataforma Disparate en la Colonia Güell.

Las manifestaciones de apoyo a la reforma de la cripta Güell fueron realizadas ayer por Daniel Giralt-Miracle en la Colonia Güell, donde se encontraba para presentar el libro Colònia Güell (Angle Editorial), un volumen en el que Josep Padró, apoyado con las fotografías deLluís Casals, relata la historia de esta colonia industrial con testimonios vividos y directos.

Giralt-Miracle también dejó una puerta abierta al cuestionamiento de la reforma. "Lo que se puede criticar es la estética, porque habrá a quien le guste y a quien no, pero puedo decir que se ha trabajado a fondo esta reforma." Giralt-Miracle considera que ha influido en el ánimo de las críticas "la nostalgia de aquellas ruinas que todos tenemos en la memoria". De todos modos, para el comisario del Año Gaudí este debate está siendo estimulante. "En este final de las celebraciones hemos elevado las discusiones intelectuales sobre Gaudí".

Todo parecía indicar que el debate intelectual citado por Giralt-Miracle tendría un punto álgido el pasado sábado en la última sesión del XXV Curso sobre la Intervención del Patrimonio Arquitectónico, celebrado en el Colegio de Arquitectos de Cataluña, dedicada a la restauración de la cripta Güell. En la mesa se hallaba el responsable de las obras, el arquitecto Antonio González Moreno-Navarro, su hermano José Luis, director del curso y miembro del equipo de restauración, el petrólogo Màrius Vendrell y la restauradora Anna Cusó.

La sesión empezó puntualmente y terminó una hora más tarde de lo previsto, lo que obligó a suprimir el debate específico sobre el tema y a fundirlo con el acto de clausura de las sesiones. Antes se había detectado en la organización un cierto nerviosismo que llevaba a un estricto control de las personas que accedían a la zona de celebración del cursillo. El motivo era la posibilidad de que algunos de los firmantes del manifiesto contra la reforma se introdujeran en la sala de actos. No fue así, pero Antonio González Moreno-Navarro no desaprovechó la oportunidad para argumentar extensamente cada una de sus intervenciones apoyado por el resto de ponentes, en especial de su hermano José Luis.

'Gaudí' sin Gaudí

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La iglesia de la Colonia Güell fue un proyecto inconcluso de 41 metros de altura. Lo que ahora se denomina iglesia no es más que su planta inferior, que en un principio se dedicó a la catequesis. Un cambio en los planes de la familia Güell hizo que Gaudí se retirara de las obras en 1914. "Las obras continuaron hasta 1915 y es en este punto donde hemos querido retornar con la restauración", dijo el ponente. Para ello se han suprimido las cubiertas de uralita y las intervenciones realizadas por el arquitecto Joan Bassegoda en 1969. "No queríamos hacer un gaudí sin Gaudí, dijo". Una de las críticas se centra en la rampa de acceso a la cubierta que ha sido revestida con zinc. En el pequeño muro en el que desemboca se ha escrito la palabra "Amén". "Es la última palabra, queremos expresar que dejamos a Gaudí tal como la historia ha querido que quedara." El espacio recubierto con uralita se ha sustituido por una zona transitable.

El responsable de la restauración también hizo referencia al interior de la iglesia, cuya reforma aún no ha sido abordada. "Si a Gaudí no lo echaban antes, revestía todos sus trabajos". Con esta afirmación, el arquitecto dejó entrever la posibilidad de recubrir el interior de la iglesia, aunque después de finalizada su ponencia se desdijo de la insinuación. "Sólo recubriremos una parte y de manera que se intuya lo que hay debajo", explicó.

Oriol Bohigas, cuya presencia estaba programada en el debate final, no acudió. Y entre las pocas críticas al proyecto que pudieron escucharse destacó la del arquitecto Jos Tomlow, que argumentó que si la reforma se ha hecho con los criterios actuales, el tiempo le puede quitar la razón. También criticó el cambio del acceso principal.

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