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El grupo Dragados planea 'desembarcar' en el servicio regional de ambulancias

El Imsalud y la actual concesionaria negocian para que ésta mejore la atención al paciente

Clece, SA, una filial del grupo constructor Dragados, está preparando su desembarco en el servicio regional de ambulancias. La empresa mantiene desde hace tres semanas entrevistas de trabajo con decenas de conductores y camilleros, a los que informa de que dentro de uno o dos meses podría necesitarles para asumir este servicio. La Consejería de Sanidad tiene contratado ahora el transporte sanitario con una Unión Temporal de Empresas (UTE), a la que tiene abiertos decenas de expedientes por el mal servicio que ofrece, según las denuncias de los usuarios.

Más de 30 conductores y camilleros acuden a diario a las oficinas de Clece en la calle de Bravo Murillo para dejar sus currículos. La mayoría no son desempleados, sino trabajadores de la Unión Temporal de Empresas que hoy gestiona el servicio. Clece, según fuentes del sector, tiene previsto seleccionar hasta 400 profesionales antes del 1 de enero de 2003. La razón es que, a partir de esa fecha, la empresa "debe estar preparada por si tuviera que sustituir total o parcialmente a la UTE en la prestación del servicio regional de ambulancias", según uno de los conductores de ambulancia que acudió a la convocatoria. "No sólo recogen currículos, sino que también están negociando la compra o alquiler en renting de más de un centenar de ambulancias", añade.

Una empleada de Clese confirmó ayer que está "informando a los interesados de que la empresa les podría necesitar en un futuro cercano", pero negó que se haya alcanzado algún acuerdo con Sanidad.

Las quejas por el mal funcionamiento del servicio han sido muchas desde que en mayo asumió su gestión la UTE. Ésta la forman las 12 mayores empresas del sector, por lo que goza de un monopolio de facto que dificulta cualquier medida de presión que Sanidad pueda tomar.

Expedientes sancionadores

Pese a ello, el Instituto Madrileño de Salud (Imsalud) tiene abiertos varios expedientes sancionadores contra la UTE. En uno de ellos, el Imsalud investiga más de 3.000 denuncias presentadas por los usuarios sobre servicios mal prestados. Otro expediente sancionador le obligó a pagar los más de 6.300 servicios realizados por ambulancias de la Cruz Roja ante la falta de medios de la UTE. Un tercer expediente concluyó que ese grupo de empresas disponía de 65 ambulancias menos de las que está obligada a tener (un total de 432). Una portavoz del Imsalud declinó ayer informar sobre estos expedientes, aunque admitió que la UTE mantiene "algunas deficiencias". La misma portavoz añadió que el Imsalud sigue negociando para que mejore el servicio y que estudia "todas las medidas que puedan ser útiles" para este fin.

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Leticia Moral, directora general del Imsalud, ha repetido en los últimos meses que no descarta "la rescisión del contrato con la UTE" si se mantienen los largos retrasos que los enfermos deben soportar para ser desplazados desde su casa a un hospital o viceversa. El Imsalud, sin embargo, niega que esté negociando concertar el servicio con otra empresa, ya que "el procedimiento legal para estos casos es la convocatoria de un concurso público".

Dos son los obstáculos que debería afrontar el Imsalud si quiere rescindir el contrato con la Unión Temporal de Empresas. El primero es la falta de alternativas en el sector, ya que concentra casi todas las ambulancias disponibles en la región. Los pasos dados ahora por Clece ayudarían a superar este obstáculo. La segunda dificultad es de tipo legal, ya que si la UTE recurriera ante los tribunales por una hipotética rescisión unilateral del contrato, el Imsalud tendría que demostrar ante los jueces la incapacidad de ese grupo de empresas para gestionar el servicio, lo que es algo "muy complejo", según las fuentes consultadas. "Además, todo el proceso duraría meses y la situación sería un polvorín, con las ambulancias en manos de unas mismas empresas a las que se quiere expulsar del servicio", según fuentes del sector.

Estas mismas fuentes explican que una posible solución sería "dividir" la región en dos o tres zonas sanitarias, cada una de las cuales sería gestionada por una empresa distinta. Esta solución sería intermedia al monopolio actual y a la situación anterior a la UTE, cuando la región estaba dividida en una docena de concesionarios de ambulancias difíciles de coordinar. Según esta alternativa, la UTE debería conformarse con servir a sólo una de estas zonas a cambio de mantener en el futuro parte del pastel del transporte sanitario. En caso contrario, se arriesgaría a quedarse fuera de los contratos de la sanidad pública durante varios años. Esta posibilidad permitiría la entrada de empresas como Clece en el transporte sanitario regional.

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