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Sólo uno de cada cuatro cines está adaptado para las sillas de ruedas

Las personas que requieren una silla de ruedas para sus desplazamientos sufren graves dificultades para disfrutar de su tiempo de ocio en cines, museos y piscinas públicas españolas. Sólo uno de cada cuatro cines cuenta con entradas y taquillas accesibles en silla de ruedas y dispone de espacios reservados para los usuarios que las utilizan, según un informe realizado por la revista Consumer, editada por la Fundación Grupo Eroski. Las mismas deficiencias básicas se presenta en más de la mitad de los museos y las piscinas municipales de las 12 ciudades españolas sometidas a examen.

La colaboración del personal de los lugares de ocio analizados facilita la accesibilidad a los usuarios invidentes, pero la proporción de locales que en la práctica son innaccesibles para las personas con visión reducida es muy elevada: uno de cada tres cines no está adaptado y dos de cada tres museos no llegan al aprobado.

Las pruebas prácticas realizadas en los desplazamientos a los lugares de ocio arrojaron aún peores resultados tanto el caso de invidentes como minusválidos en silla de ruedas: todas las ciudades suspendieron. El estado de las aceras, el mobiliario urbano y los vehículos mal estacionados, junto a la escasez de taxis y transporte público adaptado, fueron los principales obstáculos detectados.

El estudio, presentado con motivo del Día del Discapacitado, ha sido realizado con la colaboración de 200 personas con minusvalías de la ONCE y de la Plataforma de Discapacitados Físicos (PREDIF), que analizaron más de 200 variables de accesibilidad en cines, museos y piscinas de Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Madrid, Barcelona, Valencia, A Coruña, Málaga, Alicante, Pamplona, Oviedo y Santander.

Localidades de "tortura"

Casi una de cada diez personas sufre en España discapacidades importantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística manejados por Consumer. De ellas, más de un millón padecen problemas de visión y más de tres millones tienen dificultades severas en sus desplazamientos.

Aunque más de la mitad de los cines disponen de plazas reservadas para discapacitados, un tercio de ellos las sitúan en la primera fila, lo que es calificado por los usuarios como "una tortura". Las deficiencias en la adaptación de aseos impide su uso a minusválidos en cuatro de cada 10 cines.

El 67% de los museos no consiguieron el aprobado de los invidentes por deficiencias en la señalización en braille, entre otros problemas. El resto consiguió aprobar porque un empleado acompañó en la visita al usuario ciego, de forma gratuita y sin horario prefijado. Los invidentes valoraron que les permitieran palpar las esculturas.

En las piscinas el problema más grave es la carencia de mecanismos especiales para permitir el acceso de los minusválidos al agua. Sólo la Bernat Picornell, de Barcelona, merece el calificativo de excelente.

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