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Reportaje:

El León de Suazilanda ruge menos

El rey Mswati III ha tenido que disculparse por raptar a su décima esposa

Érase una vez un apuesto rey africano que se fijó en una hermosa y joven doncella en un tradicional baile de juncos. Su majestad el rey Mswati III, conocido como El León por sus súbditos, decidió al instante que convertiría en su esposa a la joven de 18 años Zena Mahlangu. Su décima esposa, para ser exactos. Así que la raptó. Y la madre de la chica le demandó. Y los jueces del rey admitieron la causa. Y los esbirros del rey amenazaron a los jueces. Y el minúsculo reino de Suazilandia, la última monarquía absoluta de África, un punto sin salida al mar entre Suráfrica y Mozambique, afrontó su crisis política más grave desde su independencia del Gobierno británico, en 1968.

El caos amainó esta semana con el anuncio de que Mahlangu y el rey estaban oficialmente prometidos tras el acuerdo alcanzado con la madre de la joven para retirar su demanda y una excusa formal por parte del principal secuaz del rey. Pero las fuerzas ocultas tras el moderno cuento de hadas de Mswati y Mahlangu -tradición, represión, poder- siguen moviéndose en Suazilandia, y apuntan a que el dominio ejercido por el rey sobre este país de casi un millón de habitantes puede estar erosionándose.

Líderes sindicales y de la oposición preparan una Constitución en la última monarquía absoluta de África

Mswati, de 34 años de edad, que ha sido sinónimo de la ley en Suazilandia, está descubriendo que ya no está por encima de ésta. El pasado verano no tuvo más remedio que dar marcha atrás en su intención de utilizar el presupuesto nacional de salud para comprarse un avión privado (una tercera parte de sus súbditos adultos son seropositivos y una cuarta parte están en peligro de morir de hambre). También intentó, sin éxito, hacer a su hermano jefe de dos provincias. Y un opositor que había sido acusado de sedición fue absuelto el mes pasado.

Mswati está rodeado de problemas maritales (su padre, el rey Sobhuza II, acumuló cien esposas antes de su muerte, en 1982). La primera vez que Mswati eligió a una novia adolescente -poco después de decretar que todas las chicas de Suazilandia deben permanecer vírgenes hasta los 19 años- acordó, tras amotinarse sus otras esposas, imponerse a sí mismo como multa el pago de un buey. Y puesto que eligió a Mahlangu y a otras dos adolescentes cuando bailaban con los pechos desnudos el tradicional baile de juncos del 15 de septiembre, sus otras esposas -todas disponen de un BMW para su uso privado y un Mercedes para las ocasiones ceremoniales- han boicoteado algunos de sus actos públicos. 'O el sistema se reforma a sí mismo o deberá hacer frente a su propio colapso', afirmó Obed Diamini, un ex ministro que se describe como el líder de la oposición, aunque los partidos políticos son ilegales.

Mswati es conocido en Occidente por prohibir periódicos y por su criminalización de la sátira política, sus fastuosos cumpleaños con la intervención de Michael Jackson y Eric Clapton, así como por un viaje a Hollywood al programa de la MTV Rock the Vote! (sus súbditos tienen prohibido bailar rock y votar). Pero los habitantes de Suazilandia siguen siendo mayoritariamente fieles al rey, y echan la culpa a sus consejeros por sus acciones erróneas. De hecho, Lindiwe Diamini, la madre de Mahlangu, que es ejecutiva de telecomunicaciones y activa feminista, argumentó en su demanda que el propio rey había violado las tradiciones de Suazilandia al no haberle comunicado el rapto de su hija.

Pese a todo, los líderes sindicales y de derechos humanos diseñan una estrategia hacia una Constitución con una carta de derechos. 'Es sólo cuestión de tiempo', declaró un activista, Comfort Mabuza. 'La gente está aprendiendo que no existe ningún dios al que no se pueda desafiar', afirmó.

© The Washington Post

El rey Mswati III, junto a sus esposas, en una ceremonia oficial el pasado 1 de noviembre. Zena Mahlangu es la primera por la derecha.
El rey Mswati III, junto a sus esposas, en una ceremonia oficial el pasado 1 de noviembre. Zena Mahlangu es la primera por la derecha.ASSOCIATED PRESS

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