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Reportaje:FUERA DE RUTA

Viñales, viaje al origen de la naturaleza

Una panorámica de mogotes, palmeras y cultivos de tabaco al oeste de Cuba

Al amanecer, desde el balcón del hotel Los Jazmines se observa un espectáculo imponente: tierra roja, vegetación exuberante y los mogotes antediluvianos del valle de Viñales, que se alzan a esa hora mojados por la bruma del trópico. El tiempo parece que se ha detenido en esta parte de la sierra de los Órganos; en los estrechos caminos, uno se cruza con campesinos que arrean yuntas de bueyes, y abundan las cuevas y los fósiles vivientes, como la palma Corcho, cuyo origen data del jurásico y sólo se da en Pinar del Río.

Viñales es, sin duda, uno de los lugares mágicos de Cuba que uno no ha de perderse. Declarado en 1999 patrimonio de la humanidad por la Unesco, el valle tiene una extensión de 41,8 kilómetros cuadrados, pero si se suman el resto de los valles asociados que forman parte del parque natural, su tamaño se triplica.

Fue en el siglo XVII cuando los primeros pobladores se asentaron en esta zona y sembraron las primeras plantas de tabaco, cultivo que hoy sigue siendo el principal de la provincia. Cuando uno se acerca al pueblo de Viñales, aparecen vegas, tapados y casas de curado de la hoja, un paisaje que acompañará al viajero durante todo el recorrido. Éste puede bien empezar por el propio pueblo, el típico cubano con casas de madera y portales de columnas a ambos lados de la calle principal.

Muy cerca, las montañas de Viñales están surcadas por extensas grutas y ríos subterráneos, como el sistema cavernario de Santo Tomás, con 45 kilómetros de galerías cuajados de estalactitas y estalagmitas, uno de los mayores de Hispanoamérica. Sin embargo, lo verdaderamente imponente del valle son sus increíbles mogotes de cimas redondeadas y paredes verticales que caen sobre el firme con armonía, pero encogiendo el corazón del visitante.

Caminar a la sombra del llamado Mogote de Robustiano, a la salida del pueblo de Viñales en dirección a Puerto Esperanza, es una sensación que impresiona. Muy cerca está el llamado Palenque de los Cimarrones -hoy mitad museo, mitad restaurante-, una gruta que atraviesa de lado a lado una de estas formaciones cársticas y que reproduce la forma en que vivían los esclavos escapados.

Colores y humedad

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Al pasear por estos lugares, uno se siente sobrepasado por la naturaleza, insignificante. Aunque no quieras, después de unas horas en Viñales, la mente pasa a ocupar un segundo plano y las sensaciones se convierten en lo primordial. Todos los sentidos se activan y llega un momento en que únicamente existen olores, colores y humedad, una humedad que sobrecoge.

El camino hacia el norte discurre favorecido por el relieve llano del valle de San Vicente, flanqueado también por moles vegetales. De pronto, tras una recta de cerca de dos kilómetros, se descubre a la derecha la cueva del Indio, hoy acondicionada para el turismo. El río San Vicente, a la cual se debe, la atraviesa y la hace navegable a lo largo de unos 500 metros. La primera parte del recorrido se hace a pie, y luego, una motora transporta al viajero al corazón de la gruta y sale después al exterior por un brazo de agua que cruza el Hoyo de Jaruco y desemboca en el mar. Al caer la noche, una nube de murciélagos sale de la gruta, en un espectáculo imponente.

Muchos son los alicientes de Viñales, que se puede recorrer en un día o mejor en dos. Está el valle de Las Dos Hermanas, presidido por el mural de la Prehistoria, una gran pintura de 180 metros de ancho por 120 de alto realizada sobre el paredón pelado de un mogote por el artista Leovigildo González. En lo alto de otro de los mogotes de este mismo valle hay una interesante comunidad rural conocida como Los Acuáticos, por rendirle culto al agua, un elemento que, junto a la flora silvestre, resulta de vital importancia en Viñales.

Entre las especies vegetales endémicas destacan el ceibón, la palmita de sierra, el roble caimán y la palma corcho (Microcycas calocoma), valioso fósil vegetal que existe en la actualidad sólo en una pequeña zona de Pinar del Río. Los pájaros son otro de los premios de Viñales: hay tocororos, ruiseñores, tomeguines del pinar y zunzunes, los colibríes más pequeños que existen.

A dos kilómetros de la cueva del Indio, los manantiales de aguas hipotermales que brotan de las entrañas de la Sierrita de San Vicente convierten esta zona en un lugar de interés. El lugar resulta inmejorable para recorrer a pie sus alrededores, pues en sus proximidades se encuentran el abra del Ancón, relacionado con el valle de San Vicente, y el Hoyo de Jaruco. Anexa hay una finca campestre dedicada a la cría de gallos de pelea, toda una tradición cubana, y una casa-bohío donde brindan alojamiento.

El valle de Viñales, en Pinar del Rio, fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1999 por su valor paisajístico y la agricultura tradicional del lugar.
El valle de Viñales, en Pinar del Rio, fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1999 por su valor paisajístico y la agricultura tradicional del lugar.LOUIS GRANDADAM

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos

Prefijo telefónico: La Habana, 00537; Viñales, 00538.

Cómo ir

- Air Europa (902 401 501), de Madrid a La Habana, desde 787, más tasas. - Iberia (902 400 500), a La Habana desde Madrid, 787 euros, más tasas. - Las agencias que ofrecen excursiones a Viñales tienen ofertas similares (Cubatur, Rumbos, Fantástico y Havanatur en el hotel Habana Libre de la capital: 33 40 11 y 55 40 11). Salida de La Habana a las 8.00 y regreso a las 16.30. El paquete cuesta 45 euros e incluye traslados, visita a una fábrica de tabaco y una destilería de ron, parada en el hotel Los Jazmines, visita de la cueva del Indio y comida en el Mural de la Prehistoria.

Dormir

- Los Jazmines (93 62 05 y 93 62 10). Carretera de Viñales, km 23. 36 euros. - La Ermita (93 60 71 y 93 61 00). Carretera de La Ermita, km 2. 36 euros. - Rancho San Vicente (93 62 01 y 93 62 21). Ctra. Puerto Esperanza. 31 euros.

Comer

- Casa de Don Tomás. Calle de Salvador Cisneros, 140. Viñales. Comida criolla. Unos 17 euros. - Palenque de los Cimarrones (93 62 90). Ctra. Puerto Esperanza. 13 euros. - Cueva del Indio (93 32 02). Ctra. Puerto Esperanza. Unos 13 euros. - Mural de la Prehistoria (93 62 60). Carretera a Pons, km 2. Unos 13.

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