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Reportaje:

Aprendices de Gasol

El baloncestista español de la NBA comparte en Valencia un divertido entrenamiento con 70 niños

Juan Morenilla

El mejor baloncestista español de la historia, a pesar de tener sólo 22 años; el mejor novato la temporada pasada en la NBA, la mejor liga de baloncesto del mundo, donde juega en los Grizzlies de Memphis; el líder de la selección española, quinta en el Mundial de Indianápolis... Ese jugador, Pau Gasol, bajó ayer su increíble nivel baloncestístico para ponerse a la altura de unos 70 niños de entre 12 y 18 años con los que compartió un entrenamiento en el Pabellón de la Font de Sant Lluís de Valencia.

Gasol viajó ayer desde Barcelona hasta la capital valenciana para firmar un acuerdo de patrocinio con una marca de refrescos, y tras los formalismos y las inevitables fotos con los políticos, enseñó algunos de sus trucos a un grupo de chavales que esperaron impacientes durante casi una hora a la estrella. 'Y con todos ustedes... Pau Gasol', gritaron por la megafonía del pabellón. Gasol asomó por el túnel de vestuarios, con la cabeza agachada para no pegarse contra el techo, y recorrió un pasillo formado por los chicos, que chocaron las manos al jugador. Con su enorme estatura -mide 2,16 metros-, sus interminables brazos -tiene una envergadura de 2,29- y la sonrisa pintada en su cara de niño, Gasol es el prototipo del héroe cercano, el jugador famoso que todavía mantiene los pies en el suelo y no se ha endiosado. Por eso habló distendido con los periodistas y bromeó con los chicos, a los que enseñó unas nociones básicas de baloncesto.

Después de un pequeño calentamiento físico, Gasol mostró a sus atentos alumnos cómo votar correctamente el balón, 'flexionando las piernas, con una buena coordinación, con inteligencia'; cómo lanzar triples y hacer fintas con el cuerpo para engañar a los defensores; y cómo entrar a canasta y hacer un mate. 'En mi caso no tiene mucho mérito, porque lo hago con facilidad gracias a mi físico y mis brazos largos', dijo Gasol, que entonces quiso que uno de los chicos más pequeños experimentase esa sensación de tocar el aro de la canasta, situado a 3,05 metros. El jugador levantó por la cintura a uno de los más bajitos y éste introdujo en la canasta el balón, ante los aplausos de los padres y algunos aficionados que se acercaron al recinto.

'¿Cómo le superarías?', preguntó luego un miembro de la organización a un niño situado enfrente de Gasol. El chaval estiró el cuello para ver la cara del jugador y se encogió de hombros. Luego botó y logró tirar a canasta, con el consentimiento de Gasol, claro, aunque no tocó el aro. El baloncestita no tuvo después reparos en poner un tapón a uno de los chicos mayores, metió un triple, hizo un par de mates y cubrió con sus largos brazos a un niño que apenas medía 1,30.

Al final llegó el turno de las preguntas, la ocasión de interrogar a la estrella. '¿Quién te ha marcado mejor en un partido?', preguntó un niño. 'Un defensa de Charlotte, que es un especialista', contestó Gasol. '¿Cómo te sientes al lado de los mejores jugadores del mundo?'. 'Al principio estaba un poco nervioso, pero no me corto un pelo y me motiva muchísimo jugar contra gente que antes veía por la tele', respondió. Quizás eso mismo pensó alguno de los niños, ayer aprendices de su ídolo, cuando vieron a Gasol.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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