Investigan la muerte de un profesor en los calabozos de la policía de Arcos

El juzgado número 2 de Arcos de la Frontera (Cádiz) ha abierto una investigación para determinar las circunstancias de la muerte de un profesor de Secundaria mientras permanecía retenido en los calabozos de la Policía Local arcense. El docente, Mateo Camarena Pérez, de 36 años, fue encontrado sin vida en su celda en la mañana del martes, tras haber sido ordenado su encierro como medida cautelar por haber agredido al director del Instituto Sierra de Lijar de Olvera (Cádiz), al que estaba destinado.

Las primeras informaciones señalan que la muerte le pudo sobrevenir como consecuencia de un fallo cardiaco provocado por el estado de ansiedad que padecía, si bien este extremo está pendiente de ser confirmado por el forense. Personas del entorno del docente explicaron que había sufrido anteriores episodios de alteraciones psíquicas y que había sido sometido a tratamientos de fármacos tranquilizantes.

Agresión al director

Los hechos tuvieron su origen el pasado lunes, coincidiendo con la incorporación de los profesores a sus centros de enseñanza. Camarena agredió, al parecer tras haber perdido el control de sus actos, al director del instituto, José Medina, que sufrió como consecuencia de la agresión la rotura de dos costillas y el tabique nasal, por lo que tuvo que ser conducido a un centro de salud. Las profesoras del centro, testigos de los hechos, dieron aviso a la Policía Local de Olvera, que trasladó al agresor hasta el cuartel de la Guardia Civil, cuyos efectivos pusieron los hechos en conocimiento del juzgado de Arcos, con competencia en la zona. La titular, Alicia Catalá Pellón, ordenó el arresto preventivo del profesor en el calabozo de la Policía Local, donde falleció.

La delegada de Educación de la Junta en Cádiz, Pilar Sánchez, 'lamentó' ayer los hechos, pero explicó que 'se escapan del ámbito educativo'.

El fallecido era natural de Olvera y estaba soltero. El sepelio se celebró en la tarde del miércoles en la parroquia de la Victoria, en Olvera. La jueza mantiene el secreto del sumario.