Entre la crisis y la opulencia

Drazen Petrovic abrió en 1988 el camino de los europeos hacia la NBA. Uno de los mejores cañoneros de todos los tiempos, gracias a su calidad, ambición y cabezonería fichó por los Blazers de Portland y no paró hasta que triunfó en los Nets de New Jersey. La Federación Internacional respaldó a Petrovic, fallecido en un accidente de automóvil en 1993, y abolió la absurda normativa por la que los profesionales de la NBA no podían actuar en sus competiciones. Era la época del amateurismo marrón, una absurda y engañosa forma de etiquetar a un colectivo de jugadores que cobraban sus buenos dineros. En España, empezaba a consolidarse la Liga ACB. 14 años después, la final del Mundial enfrentó a dos selecciones, la argentina y la yugoslava la disputaban al cierre de esta edición, integradas por jugadores enrolados en su mayoría a clubes de la NBA y de la ACB.

Nada menos que 19 de los 24 jugadores que forman las plantillas de Argentina y Yugoslavia en Indianápolis militan en clubes extranjeros. La ACB es la mejor representada con nueve o diez jugadores, dependiendo del equipo por el que fiche finalmente Gurovic, que el año pasado militó en el Unicaja. Entre siete u ocho protagonistas de la final de ayer prestarán sus servicios la próxima temporada en la NBA y a ellos hay que añadir Koturovic (Alba de Berlín), y Leonardo Gutiérrez, que el año pasado estaba en Mallorca.

Ni uno solo de los internacionales argentinos juegan en clubes de su país, donde la crisis económica global afecta sobremanera al baloncesto profesional. Los clubes arrastran grandes deudas y el éxodo de los mejores jugadores es masivo. El Tau ganó la última ACB con cinco argentinos -Oberto, Scola, Sconochini, Fernández y Nocioni- además del que ayer fue su rival, el yugoslavo Tomasevic y que, junto a Oberto, ha fichado para la próxima temporada por el Pamesa, mientras que Victoriano, tras su paso por el Lleida, regresa al Real Madrid.

Los argentinos cuentan con varias referencias de la NBA, desde Ginobili, que este año ha dejado el Kinder de Bolonia para fichar por los Spurs de San Antonio, pasando por Wolkowiski, que jugó la pasada temporada en el CSKA de Moscú pero había pasado fugazmente por la NBA, hasta llegar a Pepe Sánchez, que jugará con los Pistons de Detroit.

La liga yugoslava apenas cuenta con jugadores internacionales. Sólo los bases Vujanic (Partizán) y Rakocevic (Buducnost) y el pívot Cabarkapa (Buducnost) la disputaron el año pasado. Rakocevic también la abandona esta temporada para recalar en Minnesota. Los Kings de Sacramento cuentan con Stojakovic y Divac como piezas importantes del equipo que logró llegar a la final de la conferencia oeste y que hizo pasarlas canutas a los Lakers. Drobnjak y Radmanovic juegan en los Sonics y Jaric se estrenará con los Clippers.