_
_
_
_
_
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Carlos Pacheco certifica la decadencia del héroe de cómic

Carmen Morán Breña

La industria del cómic no existe en España porque, entre otras cosas, sería imposible que compitiera con las grandes empresas norteamericanas. 'Es la señal de los tiempos': televisión, cine, vídeoconsolas han ido ganando la partida, pero, a pesar de ello, Carlos Pacheco se muestra optimista porque el lector actual de historietas 'es un público fiel y exigente que ha reforzado los lazos que le unen al autor; por tanto, se necesitan menos intermediarios'.

El guionista y dibujante gaditano considera además que 'hay una nueva generación de historietistas con gran formación cultural que quiere contar cosas y ve en el cómic un medio para hacerlo'.

Eso son dos ventajas, pero el mundo de las historietas 'necesita apoyo estatal, institucional', para levantar la cabeza hasta donde le corresponde tenerla: 'Al cómic siempre se le ha relacionado con el mundo infantil y se le ha atribuido una característica pedagógica de introducción a la lectura. Yo no soy partidario de eso; la validez cultural de la historieta es innegable en sí misma, no es sólo un método pedagógico; eso es un gueto', opinó ayer Pacheco en los cursos de verano de la Universidad Complutense.

Los superhéroes ya no vuelan tan alto, al menos en el papel, pero 'la fuerza iconográfica sigue siendo impresionante'. Lo mismo se venden calzoncillos con la cara de Supermán que tazas de desayuno de Batman. Y el cine rentabiliza al máximo las escaladas de Spiderman porque 'ha conseguido que estos personajes hagan a la perfección lo que no pueden hacer sobre el papel. Claro que si el cine adopta hijos es que es incapaz de crearlos', reflexionó Pacheco.

El viaje de vuelta es, sin embargo, imposible. Por más éxito que tengan las películas, nadie corre al quiosco a comprar el tebeo, 'sólo esperan a que se ruede la segunda parte'. Porque, como explicó el dibujante, las viñetas tienen su propio lenguaje. Y ya no está de moda descifrar los códigos de las historietas. Ese mismo lamento se ha repetido durante esta semana en este curso de la Complutense, por el que han pasado también los murcianos Juan Álvarez y Jorge Gómez, dibujante y pintor de Los Mendrugos en la revista que sale los miércoles, El Jueves.

'Es el superhéroe, ese tipo vestido en pijama de colores, el que está en decadencia, no sólo la forma de presentarlo; pero también habrá que cambiar la manera de vender para permitir que se compren las historietas sin pagar cifras astronómicas' por un producto fetiche. 'Los esfuerzos de los editorialistas americanos por maquillar las ventas son patéticos': la industria ha sucumbido 'al gran timo que fue el cómic en los años ochenta'.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_