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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Esther Williams es española

Gemma Mengual, con tres medallas, reina de la natación sincronizada

La escena sucede en la piscina del club natación Kallipolis de Barcelona. Una niña menuda, de nueve años, llora desconsolada porque no encuentra sus gafas de natación. Busca, rebusca, mira y remira y no aparecen por ninguna parte. Se desespera. Desde la piscina su prima estalla en carcajadas: ¡las gafas que tanto busca la niña desesperada están en su propio cogote!

Así de despistada era Gemma Mengual (y sigue siéndolo, según confiesa) cuando su prima Judith le metió el gusanillo de la natación sincronizada en el cuerpo. Tenía sólo nueve años y, tras ver a su prima en diferentes competiciones, decidió emularla. Sus padres, aficionados también al deporte -su padre practicaba el baloncesto y su madre era profesora de gimnasia- no opusieron ninguna resistencia.

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Gemma (Barcelona, 1977) era una niña tímida, con un enorme sentido del ridículo, pero tremendamente dotada para la natación sincronizada. 'Tiene un talento natural extraordinario. Es sin duda la mejor nadadora que he tenido', asegura su entrenadora de siempre y seleccionadora nacional Ana Tarrés. Sus tres medallas (bronce en solo y en dúo junto a Paola Tirados y plata por equipos) en los Campeonatos Europeos de natación que se disputan estos días en Berlín confirman la buenas expectativas que suscitó desde que se inició en la competición. Antes, ya había obtenido, entre otras, la plata en el Europeo junior de 1993.

Gemma se ha pasado más de media vida en una piscina. Cuando tenía 15 años ya fue elegida por la Federación Catalana de Natación para entrenarse en la residencia Blume. En 1999, con 22, pasó al Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (CAR). Sea invierno o verano, es frecuente verla nadando en la piscina descubierta del CAR. 'Es una chica muy constante, que sabe muy bien lo que quiere y lo que tiene que hacer para conseguirlo', dice Tarrés, su entrenadora de siempre. 'Dedica muchísimas horas al entrenamiento', conviene Ricard, su novio, sin un ápice de reproche, aunque en Berlín, durante cinco días, sólo pudiera verla 20 minutos. Gemma fue de las pocas nadadoras que compitió en todas las modalidades; en cinco días se tiró nueve veces a la piscina. '¡Pero si casi no te veo!', le dijo ayer su madre nada más recibirla. 'He perdido unos tres kilos', corrobora Mengual.

Durante la primera parte de la temporada, Gemma se entrena cinco horas diarias. En la segunda, un mínimo de ocho. Apenas le queda tiempo para nada más. Pero lo encuentra para ir de escaparates -es una apasionada de la moda-, escuchar música, bailar y buscar nuevos restaurantes -adora la cocina francesa, la italiana y la catalana creativa- y, estos días, para atender incansable su teléfono. También para estudiar. Se acaba de diplomar en gemología, a lo que le gustaría dedicarse.

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