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Columna
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¿Por qué se oculta la información?

Miguel Ángel Fernández Ordoñez

Esta semana se ha publicado la cifra de paro registrado de junio, que ha descendido en 21.000 personas respecto al mes anterior. El ministro de Economía y el presidente del Gobierno dicen que ese dato muestra la mejora del mercado laboral y el éxito de la política de empleo, mientras los partidos de la oposición y los sindicatos dicen lo contrario. Pero, antes de hacer un juicio sobre las políticas, deberíamos ponernos de acuerdo sobre los datos. Desde el punto de vista del análisis coyuntural, ¿ha subido o ha bajado el paro? Cuando se desestacionaliza la cifra bruta -es decir, cuando se quitan las oscilaciones debidas a las variaciones estacionales-, resulta que el paro registrado aumentó en junio en España en más de 9.000 personas.

Si se utilizan las cifras brutas, se puede decir, como ha dicho el secretario de Estado de Empleo, que, a lo largo del primer semestre de este año, el paro registrado se ha reducido en 7.000 personas. Sin embargo, si se toma la serie desestacionalizada, el paro registrado en el primer semestre ha aumentado en 79.000 personas, más del doble del aumento (35.000 personas) experimentado en el último semestre de 2001.

En los países desarrollados, los Gobiernos suministran las dos cifras (la bruta y la desestacionalizada), y lo hacen en fechas determinadas para evitar manipulaciones. Pero en España se sigue ocultando la cifra desestacionalizada y el Gobierno no está obligado a publicar las cifras en fechas determinadas. No creo que la ocultación le sirva mucho al Gobierno, porque en España ya hay muchos profesionales y analistas que saben que no es verdad lo que el Gobierno dice y la sociedad acaba conociendo la verdadera evolución de las magnitudes. Además, cuando la estacionalidad cambie, el Gobierno se encontrará con más problemas para explicar el aumento del paro. Finalmente, siempre se pueden buscar otros argumentos para defender la política del Gobierno sin necesidad de engañar. Por ejemplo, el ministro podría haber dicho que, 'aunque el paro desestacionalizado ha aumentado, el paro registrado no es un buen indicador del empleo. Para juzgar correctamente lo que ha pasado con el empleo, habrá que esperar a la EPA del segundo trimestre'. Sin necesidad de engañar, el presidente podría haber dicho: 'Aunque el ritmo anual de crecimiento del paro en junio ha sido muy importante (el 7,3%), ha sido dos décimas inferior al 7,5% de aumento registrado en mayo'.

¿Por que se oculta la información? En una sociedad formada como la nuestra, la verdad acaba sabiéndose, y lo único que se consigue es que se sepa más tarde. Las razones por las cuales los Gobiernos ocultan la información no son muy distintas de las de los directivos de las empresas que engañaron en la presentación de sus cuentas. La primera razón es que quienes maquillan los datos esperan que la coyuntura cambie y entonces ya nadie se interese por lo que sucedió en el pasado. Si el paro desciende en la segunda mitad de 2002, a quién le importará que haya subido en el primer semestre? Si la empresa vuelve a tener beneficios, ¿a quién le va a importar que se ocultaran las pérdidas? El problema es que, si la coyuntura no mejora, los engaños se acumulan y, en vez de que la verdad aparezca poco a poco, aparece de golpe; entonces, ni siquiera sirve a quienes manipularon la información. La otra razón por la que se oculta información es porque se puede. Hoy se están revisando normas e instituciones para que los directivos no puedan ocultar información sustancial a los inversores. Esto no es fácil, pero, en lo que se refiere a las cifras de paro de España, bastaría con copiar lo que se hace en otros países, de tal forma que el Gobierno estuviera obligado a dar las cifras brutas y desestacionalizadas con un método conocido, y todo ello en fechas fijadas con antelación; luego, que el inversor compre las acciones que quiera y que el ciudadano vote a quien quiera. Pero, eso sí, sin ocultar ni manipular la información.

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