El Archivo de Álava expone los retratos difusos del fotógrafo Guido Anderloni
En su intento por buscar un retrato que se aleje de la definición de la figura y de la muestra de los atributos que exige la moda, Guido Anderloni (Milán, 1966) casi diluye al protagonista en el entorno. Así se puede observar en la exposición de sus fotografías que inaugura esta tarde en el Archivo del Territorio Histórico de Álava, muestra que estará acompañada de un vídeo que bebe de las mismas obsesiones sobre la fragilidad material del ser humano.
Anderloni es un fotógrafo de indudable prestigio que comenzó su andadura artística en el campo de la pintura. Con un marcado interés por la representación del cuerpo (como refleja la selección que presenta en Vitoria), otros de sus trabajos se centran en las reflexiones sobre las formas de comunicación y sobre la denuncia política. Llega a Vitoria procedente de su participación en la Primavera Fotográfica de Reus, después de haber estado presente en las citas más conocidas del circuito fotográfico internacional.
En esta última muestra, que finalizará el 28 de julio, Anderloni ha seleccionado 15 retratos realizados en el último lustro. Los hay de cuerpo entero, pertenecientes a su última serie, en los que sus amigos parecen espectros decimonónicos, seres sin definición. Pero también presenta retratos de los rostros de los asistentes a una cena, realizados con la misma técnica de exposición prolongada, que hace inquietante el recuerdo de aquel evento.
Como es inquietante la última serie, la que recoge las horas de sueño de unas mujeres, tomadas desde lo alto de su cama, con la intención de retener la vida nocturna de esas personas. La exposición se completa con un vídeo que recoge la entrada y salida de una exposición en las que también se juega con esas imágenes difuminadas.
