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Zapatero pide a Aznar que no se alinee con el 'nacionalismo rancio' español

Onaindia insta a los constitucionalistas vascos a 'salir del armario'

Luis R. Aizpeolea

El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, comparó ayer el nacionalismo vasco con el nacionalismo español tradicionalista y reclamó a José María Aznar que no se alinee con él. 'Es el rancio nacionalismo que parte de un tronco común y que tanto daño hizo a nuestra patria de las libertades', dijo el líder socialista tras precisar que el nacionalismo vasco es heredero del carlismo, y el nacionalismo español, del absolutismo.

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Zapatero hizo esta afirmación en el Senado, en la presentación del libro La construcción de la nación española, del escritor y ex senador socialista vasco Mario Onaindia, en la que el autor -flanqueado, además por la presidenta de la Cámara, Esperanza Aguirre, y por la historiadora Carmen Iglesias- reivindica a los ilustrados del siglo XVIII y a su concepto moderno de republicanismo, entendido como nación de los ciudadanos frente al concepto étnico de nación.

Numerosos senadores y diputados socialistas llenaron la sala, en la que Zapatero y Onaindia se explayaron a su gusto en un debate intelectual -el del republi-canismo- que comparten. 'Me he pasado horas hablando con Mario por teléfono sobre su libro', confesó Zapatero.

Esperanza Aguirre y el propio Onaindia explicaron que había escrito este libro al descubrir con sorpresa la riqueza de la tradición republicana española al investigar en los Fueros vascos de los siglos XVIII y XIX una interpretación liberal de la disposición adicional de la Constitución de 1978 que protege y ampara los derechos históricos vascos, esto es, los Fueros.

Tras señalar que la Constitución de 1978 es la más parecida a la de Cádiz, Onaindia defendió que en la Euskadi de hoy, 'frente a lo que se dice habitualmente, no hay un enfrentamiento entre dos comunidades sino entre dos proyectos ideológicos y su entendimiento es muy difícil porque utilizan conceptos distintos'. Precisó que para los nacionalistas, 'la ley es una limitación para sus pretensiones', mientras que para los constitucionalistas 'la ley es la única garantía de la libertad'. Si para los nacionalistas 'la patria es el lugar de donde uno viene', para los constitucionalistas es 'el lugar donde uno vive'.

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Recordó a la alcaldesa socialista de Lasarte (Guipúzcoa), Ana Urchueguía, agredida el pasado domingo por gentes del entorno de ETA en un frontón de San Sebastián y aseguró que ese ataque se encuadra en la campaña de Batasuna que, desde 1993, trata de 'hacer la vida imposible a los no nacionalistas para que se vayan de Euskadi'. 'No pueden tolerar que una alcaldesa socialista presida un partido de pelota en un frontón vasco', explicó.

Onaindia, dirigiéndose al escritor Fernando Savater, presente en la sala, dijo que 'el problema es que los nacionalistas se comportan en Euskadi como los Hunos, mientras que los constitucionalistas lo hacen como Los Otros, de la película de Alejandro Aménabar'. Terminó con un llamamiento a los constitucionalistas vascos a 'salir del armario' para 'legitimar las posiciones de aquellos que se dejan la vida cada día en Euskadi por una Constitución y un Estatuto que garantizan la libertad' y porque 'el experimento nacionalista no funciona'.

Si Onaindia centró su intervención en criticar al nacionalismo vasco en nombre del patriotismo republicano, Zapatero atacó al 'rancio patrotismo' español y pidió a Aznar que no caiga en la tentación de recuperarlo. El líder socialista dijo que 'el Gobierno de España está haciendo que resurga la vieja dicotomía entre los que creían en el gobierno de todos los hombres, representados por los ilustrados, y quienes se amparaban en la tradición para gobernar en exclusiva'. Y pidió a Aznar que no se alinee con quienes 'piensan que la política hay que dejársela a ellos, porque es el rancio nacionalismo que tanto daño hizo a nuestra patria de las libertades'. Y también le pidió que deje la tradición de la derecha española que 'ha hecho de la diversidad de España un problema y se ha mofado de ella'.

Afirmó que 'una cierta derecha tiene amor a la España física pero poco amor a la España de la libertad', como los matrimonios que se enamoran muy jóvenes y luego, con los años, su pasión se extingue. Y aseguró que el único proyecto de España 'viable y estable' es uno 'en el que quepamos todos, incluidas nuestras diferencias'.

La presidenta del Senado, tras alabar la honestidad de Onaindia, destacó su labor, porque 'es imprescindible depurar todo nuestro pasado y todos los lugares comunes y las mentiras que heredamos de nuestros mayores'.

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