El Prat vuelve a tener playa
El punto más negro del litoral catalán se abre al público 30 años después
En el histórico verano de 1992, el conjunto Los Manolos recordaban en una canción que hacía mucho calor. 'En la playa del Prat, yo no me puedo bañar. Tendré que ir a Begur, que tiene bandera azul', decía una estrofa de la época. Diez años después, Los Manolos son ya un recuerdo, igual que esa estrofa, porque la playa de El Prat vuelve a ser apta para el baño. El punto negro más conocido del litoral catalán ha cambiado de color y los vecinos de El Prat ya no necesitan ir a la Costa Brava para bañarse.
La explicación no es otra que la entrada en funcionamiento, hace dos semanas, de la depuradora del Baix Llobregat, que ha permitido recuperar la playa, 30 años después. La bandera verde ha sustituido a los antiguos carteles que prohibían bañarse en una playa que resultaba peligrosa para la salud y cercana a la ciénaga en que se había convertido la desembocadura del río Llobregat.
Los bañistas, en uno de los días más calurosos del año, aprovecharon la jornada festiva organizada por el Ayuntamiento para darse el primer chapuzón. Si hasta hace bien poco las arenas de este entorno natural eran utilizadas para paseos y meriendas, ayer aparecieron las sombrillas, las colchonetas y las cremas solares. Las zonas de aparcamiento habilitadas por el consistorio estaban repletas de vehículos y las las paradas de autobuses que conducen a la playa estaban llenas.
Análisis diarios del agua
Nadie ponía reparos en darse un baño y menos después de los análisis diarios que realiza el Ayuntamiento de El Prat en cuatro puntos del tramo de 1.200 metros que pretende habilitarse para el uso masivo de playistas. La depuradora ha eliminado las bacterias del agua del mar consiguiendo unos niveles de contaminación 'por debajo no sólo de los niveles fijados por la Unión Europea, sino incluso del nivel de recomendación, que es muy inferior', explica Pau Esteban, técnico municipal de Medio Ambiente.
'Es una maravilla lo que han hecho aquí', afirmaba el vecino de L'Hospitalet Francisco Ortiz, quien ayer se bañó por primera vez en esa playa. 'Antes, teniendo la playa tan cerquita, no la podíamos disfrutar', recuerda, y eso le obligaba a ir a Castelldefels y Sitges.
'El agua está buenísima', proclamaba Luisa, una vecina de El Prat que aseguraba: 'Ya que veníamos cuando estaba fea, y sólo nos metíamos en la ducha, ahora que está linda vamos a aprovecharla'. Otros ya habían descubierto la playa hace mucho tiempo, como Mariano, que lleva 40 años bañándose sin reparos en sus aguas. 'Para nosotros la playa de El Prat siempre ha estado bien', aseguraba.
El alcalde de El Prat, Lluís Tejedor, considera que con la recuperación de la playa para el baño, ayer fue un 'día histórico'. Ahora los objetivos son la recuperación del entorno natural deltaico y la pineda y conseguir para la próxima temporada de verano nuevos equipamientos. Para hacerlo posible se reordenará el llamado Parque Litoral, una franja costera de más de cuatro kilómetros que cumple las funciones de corredor biológico y que tendrá instalaciones deportivas, restauración y oferta lúdica durante todo el año. Tejedor asegura que la bandera azul será consecuencia de este proyecto singular y que los ciudadanos del área metropolitana descubrirán poco a poco un 'espacio excepcional' con 12 kilómetros de playa en un sistema natural con una pineda pública. 'Dentro de cuatro años no habrá ninguna zona de estas características ni en la Costa Brava ni en el delta del Ebro', aseguraba ayer.
Algunos no veían la situación tan halagüeña. Es el caso de Antonio Cobos, responsable del bar Balandro, uno de los dos chiringuitos que aún se mantienen en pie y que deberán cerrar antes del 15 de septiembre. 'Hemos tragado durante 20 años la mala playa y poca gente, y ahora que la arreglan nos echan con una indemnización', se lamenta.
