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Israel ocupa de nuevo Ramala y detiene a un líder de Yihad islámica

La operación obliga a suspender la primera reunión del nuevo Gobierno palestino

Por segunda vez en menos de una semana, el Ejército israelí tomó ayer de madrugada Ramala, impuso el toque de queda sobre toda la capital administrativa de Cisjordania y colocó bajo asedio el cuartel general de Yasir Arafat, destrozado ya en abril. Un portavoz de Defensa anunció que se trataba de una de las operaciones militares más importantes desde que se inició la Intifada, dirigida a destruir definitivamente la 'infraestructura de la red terrorista'.

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En la operación, el Ejército israelí detuvo al jefe local del grupo islamista radical Yihad islámica, junto a otros 30 palestinos, y se incautó de dos coches-bomba que, según un portavoz militar, estaban listos para ser colocados.

Decenas de carros de combate, vehículos blindados y excavadoras, acompañados de centenares de soldados de élite, protegidos todos ellos por helicópteros de combate Apache, irrumpieron ayer a las tres y media de la madrugada en Ramala. Las fuerzas se distribuyeron por la ciudad, pero especialmente en torno a la residencia de Yasir Arafat -La Mokata- y formaron a su alrededor un cinturón de acero, que quedó reforzado a lo largo del día con la construcción de profundas trincheras y barricadas, convirtiendo el cuartel general en un lugar absolutamente aislado. Milicianos palestinos trataron en un primer momento de enfrentarse a los soldados israelíes, pero, tras los primeros disparos y tras comprobar la superioridad numérica, creyeron más sensato ceder en el terreno y encerrarse en sus casas. En el transcurso de los primeros tiroteos, un policía palestino resultó muerto y varios de sus compañeros, heridos. Un portavoz del Ejército aseguró que dos soldados habían sido también heridos por los francotiradores.

Durante la mañana se escuchó por encima de los tejados de Ramala el tableteo continuo de las ametralladoras pesadas israelíes. Horas más tarde, la ciudad se sumió en un pesado silencio, que dio paso a explosiones aisladas, provocadas por la voladura de edificios públicos. Los habitantes encerrados en sus casas se ahogaban de calor como consecuencia de un viento caliente que empezó a soplar procedente del desierto, el hamsin. Con temperaturas que superaron los 40 grados a la sombra, los habitantes de la capital de Cisjordania se asfixiaban ayer de calor, sin poder salir siquiera a los balcones. La sede de la prensa extranjera en Ramala, donde se encuentran los servicios de las televisiones de Jordania, Abu Dabi y de la agencia británica Reuters, fue ocupada por los soldados, que detuvieron a algunos periodistas e impidieron a otros corresponsales acceder a sus oficinas. Asimismo, los militares rodearon con sus tanques los principales hospitales y centros sanitarios de la ciudad, incluida la Media Luna Roja, en una operación destinada a impedir que los edificios pudieran convertirse en refugio de los rebeldes palestinos. Mientras, fuerzas de Infantería llevaban a cabo una operación de registro puerta por puerta, en el campo de refugiados de Amari, en búsqueda de activistas.

'Arafat esta bien. No ha sido herido', aseguraba ayer el ministro de Comunicación palestino, Yasser Abed Rabo. El ministro señaló asimismo que había quedado suspendida por razones obvias la primera reunión de Gobierno que el nuevo Gabinete palestino proyectaba celebrar en Ramala bajo la presidencia de Yasir Arafat, y cuya composición había sido anunciada 24 horas antes.

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[El presidente estadounidense, George W. Bush, insistió ayer en que el líder palestino, Yasir Arafat, ha decepcionado a su pueblo por no haber promovido el desarrollo económico y político, y también a Israel, por no haber garantizado la seguridad de la región, informa Efe. El presidente de EE UU se reunió en la Casa Blanca con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ante el que volvió a apoyar las represalias militares israelíes tras los últimos atentados terroristas. 'Israel tiene derecho a defenderse', afirmó Bush.]

Varios soldados reducen a un manifestante palestino en Jerusalén.
Varios soldados reducen a un manifestante palestino en Jerusalén.REUTERS

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