Silencioso y confortable

Aunque el Vectra es una berlina media popular, el acabado Elegance hace sentirse en un coche con las comodidades de las mejores berlinas alemanas. Tiene detalles austeros (instrumentación, plásticos...), pero ofrece un interior elegante y agradable a un precio correcto.

Muy bien aislado por dentro

El nuevo Vectra supera al anterior y refleja el cambio de Opel que abandona sus suspensiones blandas en busca de una mejor relación estabilidad / confort y un mayor disfrute al volante.

Lo primero se ha logrado con la ayuda de un chasis más rígido y unos reglajes que refuerzan su dinamismo y aportan un tacto y reacciones más precisas. Ahora ofrece más aplomo en trazados rápidos, se conduce sin esfuerzo y da sensación de seguridad, en parte por las llantas de 16 pulgadas. Y todo con un buen confort de marcha. Sin embargo, tiene un peso excesivo, que se aprecia en trazados virados: acusa las inercias de la carrocería y pierde agilidad. Pero las ayudas electrónicas, como el ESP Plus, corrigen los errores del conductor sin que se note y cuenta con unos frenos y un ABS correctos, aunque no entusiasman por su garra en casos de emergencia.

El Vectra sorprende con una insonorización y calidad de rodadura a la altura de los mejores en su tamaño: absorbe muy bien los baches y casi no se oye la mecánica. Además tiene unos mandos suaves y precisos, salvo el cambio y el embrague, que exigen más esfuerzo del deseable. Ofrece un confort elevado para afrontar viajes largos sin cansar a los ocupantes.

Un motor suave y elástico

El motor 2.2 16v. de gasolina y 147 CV es el más potente de la gama y funciona con suavidad. Responde bien a bajo y medio régimen y tiene unas prestaciones satisfactorias para viajar. Pero le falta brío y alegría a partir de 5.000 vueltas y aunque es austero, gasta algo más que los motores con inyección directa de gasolina de otros rivales: 8 litros a ritmos legales y entre 11 y 12 en ciudad y conducción rápida.