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'Fans' ignorados en El Prat

Un minibús blanco con las cortinas de color azul eléctrico cubriendo todas las ventanillas, ocultando celosamente a Rosa y al resto del equipo de Operación Triunfo que la acompañó a Estonia. Esto fue todo lo que pudieron ver los cientos de fans que aguardaban ayer el regreso de la granadina y su séquito en el aeropuerto barcelonés de El Prat. Esto, y no el discreto séptimo puesto en el festival, fue la verdadera decepción para sus seguidores. La mayoría llevaba varias horas ahí para 'darle ánimos' a Rosa. Pero la euforia de los cánticos, la alegría y el cariño de las pancartas se transformó en desconsuelo. Las consignas cambiaron entonces de tono: 'No hay derecho'; 'Nos merecemos una explicación', e incluso 'Esto se paga con discos pirata', fueron algunas de las reacciones corales a las que dio paso tan injusto plante.

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Antes de la decepción, el aeropuerto fue una fiesta. Niños de la mano de sus padres y abuelos, parejas jóvenes, una variopinta aglomeración de fans llegados desde los más diversos puntos de Cataluña, deseosos de conseguir un autógrafo, una fotografía, quizá un abrazo de su querida Rosa. Todos volvieron a sus casas de vacío.

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