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La autopsia apunta a que la familia de Vallecas murió antes de ser quemada

La pareja había salido de casa con su bebé para retirar dinero del banco, según los familiares

F. Javier Barroso

El avance de las autopsias practicadas a la pareja y al bebé que murieron en un soportal de un bloque de viviendas del Ivima en Puente de Vallecas en la madrugada del sábado ha reforzado la hipótesis del homicidio. Los exámenes forenses revelan que las tres personas que los bomberos hallaron bajo un colchón humeante estaban muertas antes de resultar abrasadas, ya que no tenían restos de humo en los pulmones, según fuentes de la investigación. Los fallecidos, en contra de lo sospechado, no eran indigentes: vivían en la calle de Juan Postas, a diez minutos del lugar donde hallaron la muerte.

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El caso de la pareja y el bebé fallecidos en un soportal de un edificio de pisos del Ivima en el distrito de Puente de Vallecas comienza a esclarecerse. En primer lugar, y según el avance de las autopsias, José Modesto Hernández Volado, de 36 años; María José Gabarri Jiménez, de 32, y el hijo de ambos, José Modesto, de sólo 12 meses, no murieron quemados, ya que en sus pulmones no se hallaron restos de humo. Y en segundo lugar, no eran indigentes, sino que vivían en un piso de la calle de Juan Postas, a sólo diez minutos andando del bloque donde murieron, en el número 156 de la calle de Ramón Pérez de Ayala.

Dos hermanos de José Modesto Hernández, que viven en Vallecas y Villaverde, hablaron ayer con EL PAÍS en el Instituto Anatómico Forense tras indentificar a sus familiares a través de los efectos personales que portaban los cádaveres. Aseguraron que la policía no les había informado 'de nada'. 'Nos enteramos del incendio anoche [por el sábado], cuando vimos las noticias. Como mi hermano y su familia no habían vuelto a casa, fuimos a la comisaría de Puente de Vallecas a denunciar su desaparición y a decir que podían ser los muertos del incendio. No nos hicieron ni caso. Nos dijeron que volviésemos hoy [por ayer] a las seis de la tarde a comisaría. Pero no hemos esperado y hemos venido directamente a reclamar los cuerpos', explicó un hermano de la víctima.

Según José Luis, un sobrino veinteañero de Hernández que vivía con los tres fallecidos, la pareja salió con su bebé el viernes por la mañana, como tantas veces hacía, con la intención de ir al banco y regresar pronto. De hecho, sólo se llevaron un pañal para el pequeño José Modesto y ni siquiera cogieron la comida del bebé. 'Por la noche, como no venían, me extrañé mucho. Siempre que tardaban llamaban para avisarme', explicó el sobrino.

A la mañana siguiente, la del sábado, sus habitaciones seguían vacías. José Luis, asustado, avisó entonces a Josefa Hernández, su madre y hermana de José Modesto. La familia se inquietó. Nunca antes habían desaparecido sin avisar. Sin saber qué hacer, se pusieron a ver la televisión y entonces les surgió un enorme temor: los tres fallecidos de los que hablaban continuamente los telediarios podían ser sus familiares.

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Por eso ayer, sin que nadie les confirmase lo ocurrido, acudieron al Instituto Anatómico Forense. En las manos llevaban una fotografía del pequeño José Modesto y otra de sus padres abrazados. Pero no pudieron ver los cuerpos, sólo sus efectos personales. Así descubrieron horrizados que sus temores se convertían en realidad. Las sortijas y la pulsera que llevaba Hernández Volado, y que el fuego no había destruido, fueron la fatal confirmación.

'Mi hermano nunca se metía en problemas. Estaba en tratamiento con metadona desde hace unos cinco años y ya casi estaba rehabilitado. No logro entender a qué se debe su muerte', se lamentaba Josefa, su hermana. 'José Modesto era muy alto [medía casi dos metros, según su familia] y corpulento. Además, si él no pudo defenderse, siempre podía haber huido María José para salvar al niño o, incluso, haberle defendido. Desde luego, lo que tengo muy claro es que no se debió a un ajuste de cuentas, como va diciendo la policía por ahí. A mi hermano se lo han quitado de enmedio por algún motivo que todavía no sabemos', añadió. La policía mantiene que el tráfico de drogas pudo estar detrás de las tres muertes.

Los cuerpos de Hernández, su compañera y el hijo de ambos fueron hallados sobre las tres de la madrugada del sábado en un soportal. Avisados por los vecinos, los bomberos acudieron a apagar un fuego, y tras lograr extinguir las llamas comprobaron que debajo de un colchón se ocultaban los cadáveres de dos adultos. Minutos después hallaron la tercera víctima: un bebé.

Un detenido

Los agentes del Grupo de Homicidios comprobaron que junto al cadáver del hombre había un gran charco de sangre, fruto de una fuerte herida en la cabeza. El reguero continuaba por el portal y llegaba hasta la puerta de entrada del piso 2º B. Cuando los policías llamaron a la puerta, les abrió Miguel Ángel N. A., de 34 años, que tenía manchas de sangre en la ropa y heridas en la cabeza. El piso estaba, además, lleno de sangre, según fuentes policiales. Miguel Ángel N. A., que tiene antecedentes policiales por robo y hurto, fue detenido y conducido a la Brigada Provincial de Policía Judicial.

Los cuerpos de las víctimas fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense, donde el sábado se les comenzó a efectuar la autopsia. El estudio forense concluirá hoy o mañana, cuando se practique el estudio radiológico, que determinará si los cadáveres presentan golpes o hematomas mortales.

Pero estas pruebas dejan todavía sin contestar ciertas preguntas sobre la forma de actuar del supuesto homicida. Los investigadores deberán esclarecer si participaron más personas. Además, queda por dilucidar si las víctimas murieron en el lugar donde fueron halladas o, por el contrario, fueron llevadas al soportal después de ser asesinadas.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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