¿Utilidad privada o pública?

¿Puede un alcalde en viaje oficial destinar más de 25.000 euros de sus fondos públicos a costear viajes de su esposa para que le acompañe? ¿Puede realizar donativos con cargo a las arcas municipales a su costurera particular? ¿Puede regalar un televisor con dinero público al concejo de Valdearenas, en Guadalajara, municipio en el que dirime pleitos por su chalé privado?

La respuesta que ha dado el letrado instructor del Tribunal de Cuentas a este caso no lo aclara: 'El concepto de finalidad o utilidad pública es un concepto abstracto que admite distintas acepciones, que variarán incluso por la diferente ideología del titular del poder político'. Según el instructor, todos estos gastos están en una 'zona intermedia, no pueden ser calificados como gastos estrictamente privados, siendo asimismo controvertido socialmente que los mismos deban ser abonados con cargo al presupuesto municipal, debido al principio de austeridad presupuestaria que debe regir en todo gasto público'.

Por tanto, el instructor sólo considera fuera de lugar los viajes totalmente privados sufragados con dinero público.

Y, por ello, exige que devuelva 405 euros del viaje a Badajoz del alcalde, su esposa y tres acompañantes a la boda en 1996 de un hijo de Luis Ramallo, ex diputado del Partido Popular y ex vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Este hecho es el único que el investigador considera como daño ocasionado al erario público y responsabiliza del mismo al jefe de gabinete del alcalde, que firmó su conformidad a la factura.

Por contra, el investigador del Tribunal de Cuentas no exige al regidor la devolución del importe ese mismo año del viaje a Jarandilla (Cáceres) para ser nombrado, a título privado, caballero de la Orden de Yuste. Y da por bueno que tras devolver semanas después de que este diario lo denunciara el importe de sus viajes privados a Palma de Mallorca, a la boda de una sobrina, y a Sevilla, no tiene por qué reintegrar un billete Córdoba-Madrid del AVE porque era del escolta.

El PSOE se pregunta ahora qué hacía el escolta subiendo al tren en Córdoba cuando su protegido estaba en Sevilla.

Loyola de Palacio, hoy vicepresidenta de la Comisión Europea, o Federico Trillo, ministro de Defensa, que estuvieron en la boda del hijo de Luis Ramallo, pagaron de su bolsillo el viaje que hicieron a Badajoz.